lunes, 31 de mayo de 2010

MADRID

Recuperada ya del fantástico fin de semana que acabo de pasar con mis amigas en Madrid, os diré que al final no pude visitar ninguno de los sitios que me recomendasteis, ¡ooooh! Pero me los guardo para próximas visitas a la gran capital, que nos recibió el viernes con un buen tiempo que duró hasta el domingo.



El motivo del viaje era celebrar la despedida de soltera de Cristina, así que era lógico que apenas tuviera tiempo libre para “escaparme” a descubrir esas tiendas de las que me hablasteis. Sin embargo, aquí os dejo los propios “hallazgos” que hice en esos tres días, por si os los queréis apuntar:

El sábado comimos, casi de casualidad, en La granja de Said, un pequeño local árabe situado junto a la Plaza del Dos de Mayo, donde podías tomar desde un té moruno hasta una rica comida típica. ¿Lo mejor? Aparte del precio, muy económico, un cous-cous vegetal que pienso hacer algún día en casa, del que ya os adelanto los ingredientes: cebolla caramelizada, pasas, almendras y agua de rosas….una delicia.




La gran cena del sábado fue en China Crown (en Infanta Mercedes), un restaurante chino que cuenta con el plus de una decoración moderna, muy alejada de la tradicional a la que estoy acostumbrada en los locales orientales a los que voy a comer en mi ciudad. Cenamos variado y disfrutamos con la mesa giratoria para pasarnos los platos, recordando viejos tiempos ¡ja,ja!

La noche la seguimos con un mojito espectacular en La Gabinoteca, en la calle Fernández de la Hoz, 53. Si os gusta esta bebida, os lo recomiendo al máximo. Dulces y fresquitos, hacen mojitos hasta de fresa.


Y para terminar el fin de semana, nada mejor que recordar nuestras primeras visitas comunales a Madrid, donde estudiaba, y ahora trabaja, una amiga a la que íbamos a ver todos los años por su cumpleaños, con una comida en el VIP´S, del que no diré nada porque es de sobra conocido. Ya sé que no es gran cosa, pero nos hacía ilusión volver para comer esas hamburguesas, esas súper ensaladas y, sobre todo, esos postres deliciosos. El mío elegido este año fue un gofre relleno de compota de manzana, calentito, coronado por una bola de helado de vainilla y dulce de leche. Simplemente espectacular.

Y vale, he mentido un poquito al principio, porque, aunque no pude visitar vuestras tiendas, sí sacié mis “ansias” de compras gastronómicas con una tienda descubierta por casualidad junta a la Gran Vía, en la calle Leganitos 33, a la que llegáis sin problema si vais a la parada de metro de Plaza de España. Huan Lian Food, un supermercado donde encontraréis todo lo que queráis de comida china y a muy buenos precios. Desde carnes hasta arroz, algas, conservas, dulces o bebidas. Yo no me gasté ni cinco euros y me aprovisioné de salsa de ostras, caramelos de gominola de jengibre, galletas dulces de sésamo, licor de flores y una extraña bebida de fresa con trocitos de gelatina que me había hecho gracia y quería probar.



El resto del fin de semana lo dedicamos a las tiendas (la zona de Fuencarral es nuestra preferida) y paseos (disfrutando de los jardines del Palacio Real el domingo por la mañana).







Y despidiéndonos con la promesa de volver a repetir la visita muy pronto, aunque no haya excusa de despedida de soltera, porque es genial poder volver a juntarse todas las amigas de nuevo.



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viernes, 28 de mayo de 2010

Hamburguesas

Con la maleta ya preparada para irme de fin de semana a Madrid (gracias a todos por vuestras propuestas de tiendas y demás sitios ricos), aquí os dejo la “segunda parte” de las hamburguesas, vamos, lo de dentro, lo más rico. Aunque el pan tampoco está nada mal, ¿eh?

Esta receta sí que es fácil, sólo tenéis que elegir la carne que más os guste (ternera, pollo…) y añadirle unas especias para luego hacerla a la plancha y rellenar las hamburguesas. A ver si os animáis alguna para este fin de semana.

Yo intentaré no perder detalle de Madrid (lo que me deje la despedida de soltera a la que voy) por si puedo contaros algo a la vuelta.


Que se me va el tren, aquí os dejo la receta:


INGREDIENTES


1 kilo de carne picada

2 huevos

½ cucharada de ajo molido

½ cucharada de perejil

1 cucharada de orégano

Sal al gusto

Pan rallado


PREPARACIÓN


En un bol grande, echamos la carne y, encima de ella, el resto de los ingredientes.




Mezclamos bien con las manos (limpias) para que se integren todas las especias, la sal y los huevos.


Dejamos reposar la carne un rato y preparamos los filetes de hamburguesa, haciendo bolas que luego aplastaremos para darle forma y pasándolos por pan rallado antes de cocinarlos en la plancha, con un poco de aceite para que no se pegue.



OBSERVACIONES PARA PRINCIPIANTES COMO YO


No puede haber dudas en esta receta, por favor, es fácil, fácil. Lo único, deciros que podéis echar las especias que queráis, como pimienta, por ejemplo. ¡Ah! y si sobra carne, también se puede congelar para disfrutar otro día de una buena hamburguesa casera.


¡Feliz fin de semana a todos!





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miércoles, 26 de mayo de 2010

Pan de hamburguesa

Ha vuelto a revolverse el tiempo entre semana, pero el pasado sábado hacía un día espectacular e “inauguramos” la temporada de cenas en la terraza con unos amigos (no sé cuándo podremos volver a retomarla, porque el tiempo está loco, loco, la verdad). No quería liarme mucho en la cocina así que me acordé de algo tan sencillo como unas buenas hamburguesas. Lo bueno de este plato es que cada uno se lo prepara como quiere: con queso, con beicon, con cebolla, con mayonesa, con tomate, con lechuga… o hasta con un huevo frito. Admite de todo.

Eso sí, Bea la cocinillas tenía “mono” de amasar, así que hice el pan para las hamburguesas. Es una receta que tengo desde hace mucho tiempo y que ya había probado alguna vez. Los resultados más que satisfactorios y la receta no es muy complicada. La saqué de La maleta de Boston, de Teresa. Todavía no había puesto ninguna receta de ella, pero que sepáis que fue uno de los primeros blogs que descubrí y que me encantó desde el principio.


Si queréis ver la receta original de Teresa, pinchad aquí.


Y esta es la mía:


INGREDIENTES


550 gramos de harina

240 mililitros de leche

120 mililitros de agua

60 gramos de mantequilla

1 huevo

30 gramos de azúcar

5 gramos de sal

1 sobre de levadura seca de panadero


PREPARACIÓN


Para preparar la masa, se puede hacer de manera tradicional o con la panificadora. En este último caso, sólo hay que añadir los ingredientes según el orden correcto (es decir: huevo, mantequilla, leche, agua, azúcar, sal, harina y levadura) y darle al programa de amasado, que, en mi máquina, dura una hora y media y ya te lo leva y todo. Ideal para prisas. De manera tradicional, seguid los siguientes pasos:

Primero, se caliente la leche con el azúcar en el microondas durante un minuto. También se calienta el agua que se va a utilizar y, en un bol, se echan estos líquidos con la sal y parte de la harina. Se amasa un rato y se añade el huevo. Seguir amasando y terminar de echar, poco a poco, el resto de la harina y la levadura seca. Queda una masa bastante pegajosa (por eso casi no pude hacer fotos del proceso) así que, si es necesario para trabajarla mejor, añadid un poco más de harina a la mezcla, pero sin pasarse.

Dejar en un sitio cálido y sin corrientes, tapado, para que leve.

Cuando ya haya levado, preparar una superficie enharinada, embadurnaros las manos de harina también y amasar un rato para quitar todo el aire a la masa.

Dividir la masa en unas siete porciones de aproximadamente 150 gramos cada una. Con cada porción, se forman bolas que luego se aplastan un poco cuando se colocan en la bandeja, para darle la forma de pan de hamburguesa. Dejar reposar en la bandeja del horno durante otra media hora, para que crezcan un poco.


Hornear durante 20 minutos a 200ºC o hasta que se vean dorados los panecillos por arriba.




OBSERVACIONES PARA PRINCIPIANTES COMO YO


Es más fácil de lo que parece, de verdad, aunque también es cierto que la masa es un poco complicada de trabajar al principio, hasta que deja de ser tan pegajosa. Ahí van algunos consejillos:


En la receta de Teresa dice que la harina que se tiene que utilizar no tiene por qué ser de fuerza, puede ser normal. Cuando los he hecho a mano, he usado harina de trigo, pero el otro día los hice en la panificadora y como se supone que ahí hay que usar harina de fuerza, así lo hice, y quedaron también muy bien. Así que, elegid lo que más a mano tengáis.


Que no se os olvide echar la sal (lo digo por experiencia) porque si no, quedan unos panes muy dulces para las hamburguesas y le pega más untarlos con crema de chocolate, ¡ja,ja! Eso sí, quizá los 5 gramos de sal de la receta sean un poco escasos para algunos, así que si os gusta el pan más salado, añadidle un poco más de sal.


Intentad separar los panes en la bandeja del horno, porque si no, se os van a pegar un poco, como me pasó a mí.


Eso sí, se despegan muy bien, así que no es tanto problema. Si no queréis que se peguen, tendréis que poner los bollitos en dos bandejas, porque en una no caben muy bien.


El tiempo de horneado da algo así como dos tipos diferentes de pan. Me explico: si los dejáis sólo hasta que se doren, tendréis un pan parecido al pan de molde. Está muy rico, pero a mí me gusta más el pan de hamburguesa con la corteza más crujiente. Si a vosotros también, dejar el pan unos minutos más y os saldrán así.

Lo mejor de esta receta: los panes se pueden congelar. Con esta cantidad salen siete panes, así que los que no uséis, los podéis envolver en papel transparente y meter al congelador cuando ya estén fríos. Para usarlos, sólo hay que calentarlos en el horno y ya tenéis pan de hamburguesa casero.


La próxima entrada serán las hamburguesas de carne, como no, aunque esas son más sencillas de hacer y sin nada de misterio, ¿verdad?


PETICIÓN:

Aprovecho a los/las que habéis llegado hasta estas líneas (gracias!) para pediros un favor. Este fin de semana me voy a Madrid y acepto sugerencias de sitios de esos que a nosotros/as nos gustan, ya sabéis, para comprar cositas de repostería: moldes, esencias, adornos… o para comer algo rico, rico. Muchas gracias de antemano por vuestras sugerencias.



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sábado, 22 de mayo de 2010

GALLETAS DE AVENA Y CHOCOLATE

Me ha pasado algo gracioso con estas galletas. A la primera hornada me fue “imposible” hacerle fotos. En serio, me hice un poco la remolona, porque, normalmente, hago las fotos nada más terminar la receta, y, cuando me quise dar cuanta, habían “desaparecido”. Así que, excusa genial para volverlas a hacer, ¡ja,ja!

Tenía muchas ganas de probar a hacer unas galletas al estilo de las que vende IKEA, de avena y chocolate, pero no sabía dónde encontrar la avena….hasta que me la encontré una tarde de compra en Mercadona, ahí, esperándome, en la sección de cereales. Era una señal, así que había que hacerlas.

Busqué en varios blogs para ver qué receta me convencía más y, al final, la elegida fue esta, del blog de Belén, Entre Platos. Buena elección. Salen unas galletas con una textura diferente, especial, nada que ver con las galletas tradicionales. Y los tropezones de chocolate que te encuentras en cada bocado son lo mejor, sin duda.


Si queréis ver la receta original de Belén, pichad aquí.


Y esta es la mía:


INGREDIENTES


180 gramos de avena

200 gramos de mantequilla

90 gramos de harina

150 gramos de chocolate para postres

1 huevo

½ cucharadita de levadura química

80 gramos de azúcar


PREPARACIÓN


En un bol se bate la mantequilla (previamente derretida en el microondas o blandita, a temperatura ambiente) con el azúcar y el huevo, hasta conseguir una pasta cremosa.

En otro bol, se mezcla la harina con la levadura, que después se añade a la masa de mantequilla, huevo y azúcar.

Por último, se añade el chocolate troceado y los copos de avena, y se mezcla todo bien, ayudados por una espátula.

Hacer bolas de masa e irlas poniendo en la bandeja del horno, que estará cubierta con papel vegetal, aplastándolas un poco para conseguir la forma de galleta. Hay que separarlas entre ellas, para que no se peguen cuando se estén cociendo.


Con el horno precalentado a 180ºC, se cocinan durante diez minutos, hasta que se vean doradas.

Sacar con cuidado, porque salen todavía blandas, y dejar enfriar en una rejilla.



OBSERVACIONES PARA PRINCIPANTES COMO YO


En principio, a mí me parecía demasiado chocolate para las galletas, pero tengo que reconocer que es la cantidad perfecta, así te encuentras un montón de trozos en cada galleta. Eso sí, lo más rollo para mí fue tenerlo que partir en pequeños trozos, aunque luego el “trabajo” mereciera la pena…


Para esta receta salen unas 20 galletas de buen tamaño, para que os hagáis una idea.

Cuando se bata la mantequilla con el azúcar y el huevo, queda una crema muy líquida, pero no os preocupéis, porque luego coge más consistencia con el resto de los ingredientes. Aún así, es bastante pegajosa así que lo mejor, por mi experiencia, es dejar reposar un poco la masa, para que la mantequilla se enfríe, antes de ponerte a dar forma a las galletas, se trabaja mejor porque queda un poco más dura. Si no, es demasiado pringosa.


Para sacar las galletas del horno, lo mejor es usar una espátula, porque salen muy blanditas y es fácil que se rompan. Se dejan con cuidado sobre la rejilla y luego, ellas solas, cuando se enfrían, se endurecen.



PD: Cómo habéis observado, he cambiado mi foto de portada. Se trata de un dibujo de la diseñadora Blanca Gómez, que tiene cosas maravillosas (entrad en su
web y lo descubriréis). Es una de las creadoras que la empresa MOO tiene en plantilla. Ahí me he hecho mis primeras tarjetas del blog, que me llegaron esta semana por correo, tan monas ellas....

Os animo a echar un vistazo, a mí me las descubrió Ivana, de My Little Things, y estoy encantada. ¡Gracias!

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lunes, 17 de mayo de 2010

CUPCAKES DE PLÁTANO

Llevo unos meses de “obsesión” con los cupcakes (sé que esa fase ya la ha pasado más de una…y dos), que alimento con la asidua visita a un nuevo proyecto maravilloso de mi amiga bloguera Joana, quien, junto a Auxi, han puesto en marcha el blog Cupcakes y olé, dedicado íntegramente a estas delicias. ¡Gran idea chicas! También visito otros blogs para buscar nuevas recetas. Aunque mi preferida sigue siendo la de Bea, de El Rincón de Bea, que ya publiqué aquí, me sorprendió mucho esta receta que os traigo hoy, de Mari, que encontré dentro de su blog Mari´s Cakes.


El caso es que se juntaron todos los elementos a mi favor para hacerla, porque he tenido un fin de semana de lo más deportivo. Del viernes al domingo con un campeonato de pádel. Excusa perfecta, por otro lado, para hornear algo y llevarlo a las pistas. Más de uno lo agradeció después de su partido, os lo aseguro. Y qué mejor que reponer fuerzas con plátano (como Rafa Nadal)… y si es en cupcake, mucho mejor. Para ayudar a la recuperación tras el esfuerzo, añadí cacahuetes, ¡toma ya!


Y esta vez utilicé la bandeja de muffins sin papelitos de magdalena, porque os lo he visto hacer a muchas y quería ver el resultado (el previsible es tener que limpiar mucho más la bandeja, pero mereció la pena). El resto de la masa (me salieron 16) los hice a la manera “tradicional”. Me quedaron todos con un aspecto muy blanquito (que me encanta) y subieron un montón, como podéis ver en las fotos.


Si queréis ver la receta original de Mari, pinchad aquí.


Y esta es la mía:


INGREDIENTES


3 plátanos maduros

200 gramos de azúcar

2 huevos

150 mililitros de aceite de girasol

260 gramos de harina

2 cucharaditas de levadura química

3 cucharadas de buttermilk

Cacahuetes al gusto


PREPARACIÓN


Lo primero de todo es machacar los plátanos hasta conseguir una textura como si fuera papilla. Se pone esta pasta en un bol y se añade el azúcar para mezclarlo todo. Luego, se añaden los huevos, de uno en uno, y se bate hasta que todo se integre bien.

Por último, se añade, poco a poco, la harina, mezclada con la levadura y las tres cucharadas de buttermilk, hasta conseguir la masa de los cupcakes.

Con el horno precalentado a 180ºC, se vierte la mezcla en los papeles de magdalena o en la bandeja de muffins y se hornea durante 20-25 minutos.



Estarán listos cuando, al pincharlos con un palillo, este salga limpio, ya sabéis.



OBSERVACIONES PARA PRINCIPIANTES COMO YO


Error de novata: intentar desmoldar rápidamente los cupcakes de la bandeja para que se enfríen en una rejilla. Así me cargué un par de ellos, hasta que se me encendió la lucecita y me dije: “Bea, espérate a que estén fríos y seguro que se desmoldan mejor”. Pues eso.


No quise echarles a los cupcakes muchos cacahuetes porque los que tenía eran salados, no fuera a estropearlos. Los que eché, los limpié cuidadosamente, para quitarle cualquier resto de sal, y luego no se notaba nada, así que para la próxima vez, haré cupcakes más “crujientes” sin miedo.


En el tema del aceite que hay que echarle, Mari dice en su receta que es ¾ de taza, lo que “traducido” es algo así como poco más de 170 mililitros. Yo no quería que me quedaran muy aceitosos y reduje la cantidad a 150 mililitros. Sin problema, no quedan en absoluto con sensación grasa, así que creo que se le podría haber echado perfectamente los 170 mililitros.


Con el tema del buttermilk, os recuerdo cómo se hace de forma “casera”, porque yo no encuentro por aquí este ingrediente: tan sólo hay que echar media cucharada de vinagre blanco (o zumo de limón) en 120 mililitros de leche y dejar reposar durante diez minutos y ya lo tenemos.






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