Esta es una de esas recetas de las que me enamoré a primera vista. Y, sin que sirva de precedente (¿o es que estoy cambiando de gustos?), curiosamente, no se trataba de una receta dulce. Pero me llamó mucho la atención estas especie de croquetas de arroz con un rico relleno y lo fácil que parecía hacerlas, la verdad. Además, el rissotto, desde que lo hice la primera vez y me salió bien, es un plato al que no le tengo miedo, ¡je,je!
Ha sido este año cuando descubrí el blog de Pepekitchen, gracias al concurso de muffins y magdalenas que organizó en enero y, desde entonces, estoy totalmente enganchada a él.
Pepe es súper amable solucionando dudas culinarias y muy activo, pues tiene artículos casi todos los días. La mayoría, de recetas, pero también muchos interesantes sobre cocina y alimentación. Vamos, todo un experto.
Si queréis ver la receta original de Pepe, pinchad aquí.
Y esta es la mía:
INGREDIENTES
Una pizca de azafrán
Sal
Pimienta
Una yema de huevo
Pan rallado, harina y un huevo batido para rebozar
PREPARACIÓN
Poco a poco, se va echando un poco de caldo en la sartén con el arroz y se va removiendo para que el caldo se absorba y el arroz vaya soltando el almidón. Es mejor tener el fuego bajo y estar removiendo todo el rato el arroz, con una cuchara de madera, para que no se pegue al fondo.
Cuando se haya terminado de añadir todo el caldo, se añade al arroz los otros
Ahora es el momento de añadir la yema de huevo y el queso rallado. Se remueve para que todo se mezcle bien y se deja reposar el arroz hasta que se enfríe.
Cuando ya esté frío el arroz, es el momento de hacer las “croquetas”. Para ello, se humedecen las manos, para poder manejar mejor el arroz. Se coge una bola y, dentro, se mete el relleno de jamón y queso.Se cierra la bola con cuidado, para que no se salga nada del relleno. Cuando se haya terminado con el arroz (a mí, con esta cantidad, me salieron 8 bolas de buen tamaño), se deja reposar un poco.
Por último, se rebozan para freír.Para ello, se pasa cada bola por harina, huevo batido y pan rallado y se fríe en una sartén con aceite bien caliente,
hasta que quede el rebozado bien dorado, como con las clásicas croquetas.
OBSERVACIONES PARA PRINCIPIANTES COMO YO
No tengáis miedo de preparar este plato porque, aunque sea un poco laborioso, por el tiempo que lleva, la verdad es que es sencillo y los resultados muy buenos.
Con el tema del rissotto, si nunca lo habéis preparado, no os preocupéis. Yo, por ejemplo, tengo un “problema” con el arroz. Para hacerlo normal no me queda muy comestible, pero con el rissotto, nunca he tenido problemas, así que no debe ser tan difícil. Lo único es que tienes que estar dando vueltas para que no se pegue, para que suelte el almidón y añadiendo poco a poco el caldo. Eso sí, caliente, porque parece que ayuda a que se haga el arroz. Tardarás alrededor de 20 minutos en hacerlo. En el caso de este plato, yo necesité un poco más de líquido que el litro de caldo que venía en la receta, porque, cuando se terminó, el arroz todavía estaba un poco duro, así que le añadí un poco de agua templada. Tenéis que ir probando algún grano de arroz para saber que ya está en su punto.
Para mi gusto, el queso parmesano hizo el arroz demasiado sabroso, porque es muy salado, así que la próxima vez le echaré un poco menos de los
Respecto al relleno, a mí me sobró un poco, quizá fue que no lo rellené bastante, pero es que si no, no podía cerrar los arancine. Así que no tenéis que picar tanto relleno si no queréis.
Por supuesto, el relleno se puede hacer con lo que se quiera. En Pepekitchen sugerían también rellenarlo de salsa boloñesa. El chorizo, por ejemplo, también sería una buena opción o con otro tipo de queso suave y que se funda bien junto con jamón de york o pavo….
Lo que sí que es importante a la hora de dar forma al arroz es, primero, humedecer las manos, porque así no se os pegará y la podréis trabajar mejor y, segundo, tener el relleno ya picadito y preparado para meterlo, así os será más sencillo.
Lo que también podéis hacer, como hice yo, es preparar los arancine antes y, a la hora de comer, tener sólo que rebozar y freir, que no se tarda nada. Así los tenéis calentitos y listos para comer, aunque Pepe dice que fríos también están ricos, ¡seguro!
Como me salieron muchos, ocho en total, yo opté por congelarlos, una vez rebozados, pero no fritos, como se hace con las croquetas. Espero que el día que los saque para hacerlos estén bien, ¡ja,ja!
Como dice Pepe, este plato típico de Italia es para comer con las manos, así que ¡buen provecho!
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