La receta la saqué del blog culinario más cachondo de la web, Pan pa hoy… y hambre pa mañana, escrito con el estilo especial de Julio, que tiene tanto arte y gracia explicando las cosas como preparando platos de auténtico chef profesional. Yo, por supuesto, sólo me he atrevido con esta receta facilita, en la que, por cierto, me excuso así de nuevo públicamente a mis doce comensales de mi comida de cumpleaños, al colega también se le olvidó el detalle de poner que el azúcar era uno de los ingredientes, ¡ejem!. Y es que yo, como cocinillas novata que soy, sigo las instrucciones de mis “maestros” paso a paso, sin cuestionar ninguno, ¡ja,ja!.
Dad una vueltilla por el blog de Julio y ya veréis cómo os engancha. Humor y cocina de la mejor calidad.
Si queréis ver la receta original de Julio, pinchad aquí.
Y esta es la mía:
INGREDIENTES
1 sobre de preparado para flan
2 sobres de preparado para cuajada
1 bote pequeño de nata líquida (200 mililitros)
1 vaso y ½ de leche
100 gramos de queso mascarpone
Azúcar
En el vaso de la batidora, se echa el preparado de flan, el de cuajada, la nata líquida, el azúcar y la leche. Se bate bien para que se mezcle y se pasa luego a un cazo, para que hierva.
Cuando haya dado un pequeño hervor, se vuelve a echar la mezcla en el vaso de la batidora y ahora se añade el queso mascarpone.
Ahora sólo queda verter el contenido en los vasos o flaneras donde se vaya a presentar para tomar. Depende del tamaño de los recipientes, pero esta receta da para hacer de cuatro a seis flanes individuales.
Se dejan enfriar alrededor se seis horas, para que cuaje bien y ¡listo para tomar!
OBSERVACIONES PARA PRINCIPIANTES COMO YO
Como veis, es una receta muy sencilla, así que apenas hay que dar consejos:
El más importante, como ya os imaginaréis, es no olvidaros del azúcar, ¡ja,ja! La cantidad recomendada será la que ponga en el paquete del preparado de flan o de cuajada, pero si os gusta bien dulce, añadidle un poco más. Si se os olvida como a mí (aunque, con la paliza que estoy dando con el tema, seguro que no), una opción, después de pedir perdón a los invitados, es que cada uno le añada el azúcar que quiera y remueva. El flan se convierte en algo más parecido a las natillas, pero es más comestible.
Dejad que la mezcla en el cazo dé un hervor, porque así se cuajará mejor cuando se esté enfriando. Si no, quedará menos consistente.
Si os gusta el caramelo líquido en el flan, podéis echar un poco en los vasos donde vayáis a servirlos antes de verter la mezcla.