Sigo con mis descubrimientos de nuevas sopas, aunque tengo
que admitir que mi preferida sigue siendo la sopa de cocido de mi madre,
¡je,je! Pero como ya no estoy en su casa ni puedo decirle a la pobre que me
haga cinco litros semanales, pues aprovecho últimamente los días que descanso
entre semana (antes de que digáis ¡qué suerte! hay días que no trabaja entre
semana, tengo que puntualizar que eso significa que me tocará trabajar el fin
de semana…¿a que ahora no os doy tanta envidia?) para probar nuevas recetas.
Esta última, una clásica, de tomate, que no había probado en mi vida, pero que
me apetecía mucho, porque me encanta el tomate. Aunque ahora es difícil
encontrar tomates que sepan a tomate, ¿verdad?
Después de buscar por la blogosfera, me quedé con esta
receta de Rakelilla, del blog Jengibre y Canela, que no conocía, pero que me ha
encantado, empezando por su diseño, precioso, se nota quién lo ha hecho, ¿a que
sí?
Si queréis ver la receta original de Rakelilla, pinchad
aquí.
Y esta es la mía:
INGREDIENTES
1 kilo de tomates
1 puerro
2 dientes de ajo
1 vaso de caldo (a elegir)
Albahaca
Orégano
1 cucharadita de azúcar
Sal
Aceite de oliva
PREPARACIÓN
Para empezar, preparamos los ingredientes partiendo los
tomates, el puerro y los dientes de ajo.
En una cazuela honda ponemos aceite hasta cubrir el fondo y
calentamos. Se echa el ajo y el puerro y se rehoga hasta que se ablanden.
Añadimos el tomate en trozos y removemos. Añadir el azúcar, la sal, la albahaca
y el orégano, y el caldo. Tapamos la cazuela y dejamos que hierva durante unos 15 a 20 minutos.
Cuando se temple, se bate todo bien para que no queden
grumos, se calienta y listo para servir.
OBSERVACIONES PARA PRINCIPIANTES COMO YO
Para que sea todavía más sencilla la elaboración de esta
sopa, yo la he hecho con tomates en lata, ya pelados y sin pepitas. Están
blanditos, así que la sopa se hace más rápidamente.
En la receta original, las hierbas que añade son tomillo y
albahaca, pero como yo no tenía lo primero, opté por el orégano, que creo que
también le queda bien. Podéis probar con otras hierbas, que seguro que las
acepta.
Por último, y lo más importante para mí, porque soy la única
que toma sopa en casa, esta sopa se puede congelar para ir sacando cada vez que
te apetezca. Yo la saco por la mañana, después de desayunar, y ya tengo la
cenita preparada para la noche. Con calentarla un poco en el microondas, más
rápido imposible.
6 comentarios:
Tengo pendientes un par de recetas de sopa de tomate y no encuentro el momento de hacerlas, y eso que me apetece muchísimo probarla, ya que normalmente lo asociamos al fresco gazpacho. Esta se suma a la lista! Qué buen color tiene, y genial textura, con el frío de hoy apetece un montón algo así :)
Un abrazo
Akane,
pues esta está bien rica! Y con unos cuadraditos de pan crujiente ni te cuento....ya me dirás si la pruebas!
pobre por primera vez una sopa de tomate que hice... ufff hara igual 2 años! y me encanto, me sorprendio que me gustara para serte cierta y al ver tu receta me han entrado unas ganas enormes de hacerla otra vez!
Besitos
Jo,
Yo también tengo que confesarlo....creí que no me iba a gustar tanto, que sería como zamparte un plato de tomate frito caliente sin más, jaja! Pues ya sabes, a rescatar esa receta para volver a disfrutar de la sopa. Besos
hola Bea! cuánto hace que no me pasaba por aquí!
me encantan las cremas de tomate, yo las veces que he hecho alguna también he puesto tomates de lata, facilitan mucho. Tomo nota para tomarla esta semana, calentita...
besos
Antonia,
Bienvenida de nuevo!!! Me alegro haberte recordado esta crema...Besos!
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