Sí, juro que tengo un montón de recetas por publicar, pero esto también es importante (aunque no comestible). Ayer, mi amiga Sara me regaló por sorpresa algo que me hizo un montón de ilusión.
Como cocinillas que me considera, ella se pensaba que ya tenía mi propia manga pastelera, pero cuando se enteró de que no, se dijo “esto lo arreglo yo en una de mis múltiples visitas al IKEA”. Dicho y hecho, en su último viaje a su centro comercial favorito, ¡je,je!, cargó en la furgoneta con este estupendo regalo que espero estrenar pronto.
Para empezar, mirad qué maravilla de boquillas distintas para decorar mis bizcochos:
Mi súper regalo visto desde otro ángulo:
Además, venía con dos “chuminadas” más que me parecen muy útiles:
Una tablita con la que alisar o hacer formas a los adornos de las tartas (cuando me atreva a hacer una y decorarla)
…y un utensilio para poder cortar limpia y fácilmente los bizcochos en diferentes pisos.
En definitiva, un regalo ideal al que seguro le doy uso.
¡MUCHAS GRACIAS, SARA!
Te debo otro desayuno rico (aquí o en Portugal)
2 comentarios:
Uffff eso es un regalazo... no veas el partido que le puedes sacar a todas estas cositas!!!
Un beso
B
Bea,
habrá que echar un vistazo a tu blog para inspirarme y estrenar la manga pastelera y demás, jeje!
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