Mostrando entradas con la etiqueta caldo. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta caldo. Mostrar todas las entradas

lunes, 2 de febrero de 2015

Sopa Yeti Prisionero de Zelda


Con este nombre no vais a pasar de largo de esta receta, lo sé. Y menos los más frikis amantes de los videojuegos clásico. Es lo que me pasó a mí cuando estaba hojeando el último libro de cocina que me han regalado, “Las 202 mejores recetas de El Comidista”, de Mikel López Iturriaga. Luego miré un poco más y me terminó de enamorar, ¡llevaba calabaza! Ya no había marcha atrás, tenía que hacerla… y disfrutarla. Espero que a vosotros os pase lo mismo, porque está muy, muy rica. 


INGREDIENTES

800 gramos de calabaza
Cuatro zanahorias
Una cebolla
Un diente de ajo
Un litro de caldo de verdura
Un puñado de arroz
75 gramos de queso de cabra
Una cucharadita de pimentón dulce
Aceite de oliva
Sal



PREPARACIÓN

Picar la cebolla, el ajo y las zanahorias en trozos pequeños y rehogar durante quince minutos en una sartén con aceite de oliva. Cuando estén blanditas las verduras añadir la calabaza, también cortada en pequeños trozos y mantener al fuego cinco minutos más, removiendo de vez en cuando, tras añadir la sal y el pimentón.


 


Ahora se añade el caldo de verduras y el puñado de arroz y se deja cocer a fuego suave durante media hora.



Retirar el fuego y triturar la mezcla hasta conseguir una crema. Añadir el queso de cabra cortado o desmigado y remover para que se mezcle bien. Si es necesario, se vuelve a poner al fuego para que se funda mejor.
Servir caliente y disfrutar como los auténticos yetis de Pico Nevado en Prisionero de Zelda.





OBSERVACIONES PARA PRINCIPIANTES COMO YO

En la receta original se añadía una patata pero yo últimamente opto por sustituirla por un puñado de arroz. Lo que se consigue es darle “cuerpo” a la crema, gracias al almidón del arroz, pero queda más ligera. Seguro que con patata está igual de buena.

Comprobar que la calabaza y la zanahoria, las verduras más duras, están bien cocinadas antes de proceder a batir todos los ingredientes.

Se puede prescindir del queso de cabra si queréis una versión más light, pero el sabor que le da merece la pena, como con la cucharadita de pimentón, le otorga un toque muy especial.


 

lunes, 5 de noviembre de 2012

Sopa de calabaza




Realmente me ha sorprendido el sabor de esta sopa de calabaza, tanto como el blog de donde la saqué Red Star to Lone Star. Llegué a él de casualidad, ya no me acuerdo ni cómo, pero tiene unas recetas y, sobre todo, unas fotografías que son simplemente espectaculares. Me gusta mucho su estética y os invito a daros una vuelta por él, aunque esté en inglés. 
Respecto a la receta, ya sabéis que en estas semanas hay que darle salida a las calabazas que se han hecho un fuerte en nuestras neveras, por lo menos en la mía. Y mientras espero encontrar la receta idónea para hacer algo dulce, las voy empleando en platos salados. De este, aparte de que las sopas ahora son uno de mis entrantes favoritos en este tiempo, me ha encantado esa mezcla especiada tan particular que sale al combinar el pimentón y el jengibre. 


Si queréis ver la receta original de Alina, pinchad aquí. 



Y esta es la mía:

 INGREDIENTES 
1 cebolla 
1 cucharada de aceite 
4 dientes de ajo 
Medio kilo de calabaza 
350 mililitros de caldo de pollo 
235 mililitros de leche 
Media cucharadita de pimentón 
1 cucharadita de jengibre 

PREPARACIÓN 
Pochar la cebolla, partida en trozos pequeños, en la sartén con la cucharada de aceite. Mientras tanto, pelar los ajos y picarlos finos. 
Cuando la cebolla esté tierna, añadir los ajos y rehogar un minuto más. Reservar. 
Para hacer la calabaza, cortarla en trozos y meterla en el horno, tapada con papel de aluminio, durante más o menos cuarenta minutos, para que quede tierna. 
En un bol, echar la calabaza, la cebolla y los ajos ya cocinados, el caldo de pollo, la leche y las especias y triturar con la batidora. 
Calentar en una cazuela hasta que comience a hervir. 
Si os gusta más una sopa que esta crema, podéis pasarla por el chino y así estará más ligera. 

OBSERVACIONES PARA PRINCIPIANTES COMO YO 

Las medidas son un poco raras porque Alina las puso en tazas y yo las he convertido a mililitros, por lo menos la primera vez quería hacer la receta con las medidas de la original. Eso sí, me confundí y puse una cucharadita en vez de media de pimentón, pero el sabor quedó muy rico, la verdad.


viernes, 23 de marzo de 2012

Sopa de calabaza y manzana



Más vale tarde que nunca. Me refiero a esto de descubrir nuevos alimentos. En mi caso, la calabaza apenas había entrado en casa, pero viendo cómo la usáis muchos/as de vosotros/as me animé a comprarla para probarla en cremas y sopas. Esta receta es una de las que más me ha gustado hecha con calabaza: por su suavidad y por su sencillez. Se trata de una sopa de calabaza sacada del blog de Kako, En Guete. Para mí, uno de los blogs que tiene unas recetas de platos de cuchara más deliciosos.
¿Mi siguiente paso con la calabaza? Algo dulce, por supuesto, ¡ja, ja!

Si queréis ver la receta original de Kako, pinchad aquí.

Y esta es la mía:

INGREDIENTES

Media cucharada de mantequilla
Una cebolla
250 gramos de calabaza
1 manzana grande
Un litro de caldo de verduras
Sal
Pimienta

PREPARACIÓN

En un cazo, calentar la mantequilla y cuando esté derretida echar la cebolla, cortada en trocitos, y rehogar hasta que se ablande y vuelva transparente.
Añadir la calabaza, también cortada en trozos y sin pepitas, y la manzana, pelada y troceada. Rehogar todo junto unos minutos.
Por último, añadir el caldo de verduras y cocinar unos veinte minutos, hasta que todos lo ingredientes estén blandos.
Batir hasta conseguir que todo quede bien triturado.
Servir caliente.



 

OBSERVACIONES PARA PRINCIPIANTES COMO YO

Es una sopa súper sencilla y con un sabor muy suave. Además, ni siquiera tendréis que pasarla por el chino si os gusta la textura más ligera, porque queda verdaderamente como una sopa. No hay recomendaciones hoy, es de verdad fácil, facilísima de preparar. Además, se puede congelar para tomar cuando más os apetezca. Muy recomendable para cenar algo calentito.




Por cierto, Bea la cocinillas ya tiene página en Facebook, podéis verla aquí. Quiero que sea un lugar de encuentro para contarnos nuestras "batallitas" en la cocina, para aprender de todos y descubrir cosas nuevas y sobre todo ricas nuestra pasión gastronómica. ¡Os espero también allí!

 





sábado, 14 de enero de 2012

Crema engandina



Bueno, bueno, bueno, que todavía no os había felicitado el año por aquí….soy un desastre, lo sé, pero (una vez más) tengo excusa. Aparte de tener que trabajar ya el mismo día uno de enero (un día horrible para volver, y más este año, que caía en domingo, pero bueno, había tenido la semana anterior de vacaciones, no me quejaré mucho…) y no haber parado, hace unos días pillé con todas mis ganas un virus de esos que andan por ahí sueltos y que te hacen ellos solos la limpieza de cuerpo que todos nos proponemos hacer tras las navidades, ya me entendéis.
Antes de todo ello, yo ya le había echado el ojo a esta rica sopa que vi en uno de mis primeros blogs de referencia, En Guete, de Kako, que tiene siempre unas recetas muy apetecibles. Hacía mucho que no me pasaba por ahí y este plato me enganchó, más aún con la excusa de hacer un poco de dieta sana y de tomar algo calentito por la noche, que, no sé a vosotros, pero a mí, en este tiempo, me apetece mucho cenar una sopita o crema…y si es casera, mucho mejor.
El nombre, por lo visto, viene de que es un plato típico de la zona suiza del Engandín. Muuuy recomendable y fácil de hacer, que también es importante.

Si queréis ver la receta original de Kako, pinchad aquí.

Y esta es la mía:

INGREDIENTES

Media cucharada de mantequilla
1 cebolla
1 zanahoria
1 puerro
1 litro de caldo de verdura
100 mililitros de leche
1 yema de huevo

PREPARACIÓN

Cortar toda la verdura, una vez lavada, en trozos pequeños para tenerla preparada.
En un sartén, calentar la mantequilla y, cuando esté desecha, pochar la cebolla. Cuando esté blandita, añadir la zanahoria y el puerro y dejar todo a fuego medio unos cinco minutos.
Añadir el caldo de verduras y dejar cocer a fuego bajo alrededor de un cuarto de hora, que será el tiempo que tarden las verduras en estas blanditas.
Batir la yema del huevo con la leche y añadir al caldo, mezclando bien, y dejando que la yema se cocine.
Una vez todo cocinado, batir la crema y ¡lista para tomar!

OBSERVACIONES PARA PRINCIPIANTES COMO YO

Como veis, no tiene mucho misterio esta receta y es muy reconfortante. Lo mejor, para mí, es que se puede congelar. La tengo en tuppers pequeños y solo tengo que sacar uno para tener mi ración para la cena de la noche.
Como siempre, es mejor tener caldo de verdura natural, pero yo lo he hecho con uno comprado (por comodidad y rapidez) y no está tan mala, ¡ja,ja!
En la receta original se incluía el apio, pero no tenía a mano. Eso sí, pienso poner un poco más de cebolla la próxima vez que la haga, porque me gusta su sabor y casi no se apreciaba.
Y hablando de cebolla, una vez servida la sopa, le añadí cebolla frita que venden ahora en Mercadona y queda bastante bien para acompañar. Para mí ha sido todo un descubrimiento. También la he probado a echar en ensaladas y le da un toque muy rico. Ya me contaréis si la probáis.



lunes, 31 de enero de 2011

SOPA DE CEBOLLA


Me encanta en estos días de frío tomarme para cenar una sopita caliente. Con esto de no tener tiempo para nada, pues me hago una de sobre y arreando. Pero la semana pasada tuve unos días libres y aproveché a meterme en la cocina. Quería algo sencillo y sano, debido a he empezado una pequeña dieta para bajar el colesterol (qué crisis cuando vi los análisis, por favorrrr!, menos mal que el médico me ha dicho que no me preocupe, que es muy poquito lo que tengo de alto, ¡uf!). El caso, que tanto había oído hablar de la sopa de cebolla que empecé a “estudiar” recetas en distintos blogs y me inventé algo facilito con lo mejor de todas ellas.

Aquí os la presento:

INGREDIENTES

2 cebollas

2 cucharadas de aceite

1 cucharada de harina

Medio vaso de vino blanco

1 cucharada de tomate en polvo

1 litro de caldo de verduras

Sal

PREPARACIÓN

En primer lugar, se pelan y se parten muy finas las dos cebollas, para ponerlas a pochar con un poco de sal en una cazuela con las dos cucharadas de aceite.

Cuando estén transparentes y blandas, se le añade la cucharada de harina y se remueve un poco, para añadir después el medio vaso de vino blanco. Dejar hervir un rato para que se consuma el caldo un poco.

Añadir a la cazuela el litro de caldo de verdura y la cucharada de tomate en polvo.

Hervir, a fuego bajo, durante un cuarto de hora.

OBSERVACIONES PARA PRINCIPIANTES COMO YO

La primera fase de pochar las cebollas dura algo así como un cuarto de hora. Es mejor estar ahí, dándole vueltas de vez en cuando, para que no se peguen ni se hagan demasiado. Sólo que se ablanden y se queden transparentes.

El vino blanco le da un sabor muy rico a la sopa (¡hips!, je,je) pero podéis prescindir de él o añadir otro alcohol que os guste más.

El toque de tomate se me ocurrió porque en una de esas compras compulsivas que todas tenemos (no lo neguéis) había comprado tomate en polvo y no lo había estrenado todavía. Así que me pareció una buena ocasión. Le da un toque de sabor y color bien bueno.


Yo le eché caldo de verduras porque era el que tenía a mano, pero he leído que también se puede hacer con otros tipos, como de pollo, de pescado...depende del sabor que más os guste.

Como me parecía un poco lío comer la sopa con la cebolla en tiras (me iba a poner pingando, lo sé), decidí batir todo bien cuando templó, para que quedara una sopa sin “tropezones”. Pero la original de la gastronomía francesa es así tal cual y, además, con pan tostado y queso gratinado por arriba. Delicioso, seguro, pero yo ahora no puedo tomar queso en una temporada, ¡snif!, así que esperaré a recuperarme del todo para probar la receta tradicional.






lunes, 22 de febrero de 2010

CALDO DE VERDURAS

Lunes. Empecemos la semana con una receta verdaderamente sencilla, pero de la que, paradójicamente, me siento especialmente orgullosa. Porque es algo casero de verdad y, sí, mucho bizcocho, mucha galleta, mucho postre….pero, entre nosotros, me siento más cocinillas cuando hago estas cosas de toda la vida, qué queréis que os diga. Será el síndrome del ama de casa, que estoy volviendo a padecer después de estar ya un mes (sí, justo hoy hace un mes) ejerciendo sólo esta sagrada profesión sin remunerar. En fin.

La receta la saqué de uno de los blogs en los que, los cocinillas como yo, más podemos aprender, porque te lo explican todo de maravilla. Se trata de Javi Recetas, donde, con inmensa paciencia, Javi va explicando desde platos elaborados hasta las cosas más sencillas como esta.

Si queréis ver la receta original de Javi, pichad aquí.

Y esta es la mía:


INGREDIENTES


250 gramos de champiñones

1 puerro

1 pimiento verde

1 trozo de calabaza

1 cebolla

2 zanahorias

1 tomate

Perejil

Laurel

Pimienta negra

1 cucharadita de sal

6 cucharadas de aceite de oliva

1 litro y medio de agua


PREPARACIÓN


Lo primero de todo es tener las verduras preparadas, limpias y cortadas, para irlas echando en la cazuela.

Empezamos por los champiñones, el puerro, las zanahorias y la cebolla.

En la cazuela donde vayamos a hacer el caldo, se echa el aceite de oliva y se enciende el fuego. Cuando el aceite esté caliente, se añaden estas primeras verduras, ya cortadas, con la sal.



Se dejan rehogar durante un cuarto de hora, removiendo de vez en cuando para que no se quemen o peguen en el fondo.


Mientras tanto, vamos cortando la calabaza, el tomate y el pimiento.

Cuando haya pasado el cuarto de hora, es el momento de añadir a la cazuela el agua, a temperatura ambiente, el resto de verduras y las especias: laurel, pimienta y perejil, al gusto.

Hay que subir un poco el fuego para que el agua hierva y, una vez conseguido, bajar a fuego medio y dejar cocer durante 45 minutos sin tapar la cazuela.


Cuando haya terminado, es el momento de colar el caldo a otro recipiente. Las verduras se desechan, pues ya han soltado en el agua toda la sustancia que tenían.

Ya está listo para consumir o, cuando enfríe, poder congelarlo y tener siempre a mano un rico caldo de verduras casero.


OBSERVACIONES PARA PRINCIPIANTES COMO YO


Primero y, ante todo, aunque siempre lo aconsejo, esta vez con más razón, pues viene muy bien explicado (yo lo he resumido bastante). No dejéis de leer la receta original de Javi, porque vais a aprender un montón. Para empezar, cómo cortar de manera correcta cada una de las verduras que componen este caldo. También da consejo sobre cómo enfriar el caldo, entre otras cosas.


Como imaginaréis, este caldo se puede hacer con las verduras que más os gusten. Yo, por ejemplo, añadí calabaza que tenía congelada desde hacía tiempo y a la que quería darle salida. Si veis la receta original, os daréis cuenta de que Javi también añadió a su caldo apio y nabo, que yo no tenía.


No sé si será el temor de principiante, pero, durante todo el proceso (menos los últimos 45 minutos de cocción) yo estuve muy atenta a la cazuela, removiendo de vez en cuando las verduras con una cuchara de palo para que no se me quemaran, no la fuera a fastidiar.


Último consejo: conseguid un colador grande para pasar el caldo a otro recipiente. Yo sufrí un montón para poder hacerlo con mi pequeño colador de toda la vida, con un ojo en la cazuela para que no se me vinieran encima las verduras y otro en el colador para que no se me resbalara….en definitiva, una odisea. Por eso no hice fotos de ese momento, ¡no tenía manos para sujetar también la cámara!


Se trata de un caldo puede servir para tomar como consomé, totalmente aconsejable, como ser base para otros platos bien ricos. Yo, por el momento, he optado por el primero. Acompañado por una ensalada de canónigos, queso de cabra y uvas pasas ha sido mi cena algún que otro día. Y, como os imaginaréis, el sabor no tiene nada que ver con cualquier caldo de verduras comprado. Rico, rico de verdad.






Imprimir