viernes, 30 de marzo de 2012

Cupcakes de naranja y chocolate

 

Esta semana toca algo dulce, para celebrar que muchos, en nada, estaréis de vacaciones (yo tendré que esperar unos días más…¡qué ganas!). Esta receta se me ocurrió la semana pasada, inspirándome en estos cupcakes que un día tendré que hacer, porque me parecieron súper originales. Es la primera vez que sigo una receta en inglés y, sí, aunque sé que es muy sencilla, me ha hecho ilusión poder llevarla a buen puerto.
El caso es que mi madre me acababa de dar polvo de naranja que le había dejado encargado hacer cuando recopilara un buen montón de cáscaras (¿os acordáis del polvo de mandarina? pues lo mismo, pero cambiando de fruta) y como me encontré de casualidad con un bote de fideos de chocolate en el fondo de uno de los armarios de la cocina, la cosa estaba clara: cupcakes de naranja y chocolate.
Me ha sorprendido lo tiernos y esponjosos que han quedado y, sobre todo, lo que me subieron en el horno. Creo que voy a guardar esta receta como base para los cupcakes, porque quedaron realmente ricos.


Aquí va la receta (en medidas de taza, como la receta original, y más o menos su equivalencia):

INGREDIENTES (para una docena)

Una taza y media de harina (190 gramos)
1 cucharadita de bicarbonato
Media cucharadita de sal
Media taza de mantequilla (100 gramos)
¾ de taza de azúcar (150 gramos)
2 huevos
1 cucharadita de polvo de naranja
Un tercio de taza de leche (80 mililitros)
1 bote pequeño de fideos de chocolate

PREPARACIÓN

En un bol se echan los ingredientes secos (harina, bicarbonato y sal) y se mezclan. Reservar.
En otro bol se echa el azúcar y la mantequilla, a temperatura ambiente o un poco derretida en el microondas (ya sabéis, con la opción “descongelar” para que no se caliente mucho) y se bate hasta conseguir una crema. De uno de uno, se van añadiendo los huevos y se vuelve a batir. Por último, se le añade la cucharadita de polvo de naranja y se mezcla bien.
Ahora, en varias tandas, se va añadiendo un poco de los ingredientes secos, se bate, otro poco de leche, se vuelve a batir y así hasta terminar echando los ingredientes secos. Para terminar, se añade el chocolate.
Poner la mezcla obtenida en las cápsulas de magdalena y al horno (180ºC) durante aproximadamente 20 minutos.


Si, como yo, las hacéis en una bandeja especial o con los típicos moldes de los flanes pequeños (una buena opción para que crezcan), dejad reposar un par de minutos y luego desmoldarlos para que se terminen de enfriar sobre una rejilla.

 


 
OBSERVACIONES PARA PRINCIPIANTES COMO YO

¡Ja,ja,ja! Me acabo de dar cuenta mientras escribía esta entrada que en la receta original he confundido baking powder con baking soda y resulta que puse bicarbonato en vez de levadura química…pero mirad que de todas formas, los cupcakes subieron, así que, por lo menos en esta ocasión, ya sabéis que parece que da lo mismo porque el resultado queda rico igual.
Del resto, poco que decir. El chocolate que elegí fue este porque tenía que darle salida y usé el botecito entero.
 


Como podéis ver por el corte, queda con mucho chocolate, pero al ser tan fino tampoco empalaga.
 


Del polvo de naranja os diré que esta vez lo hice (bueno, mi madre) de manera diferente al de mandarina, mucho más sencillo: poniendo sobre el radiador las peladuras de naranja y dejando que se secaran allí, que no tardan mucho, para luego triturarlas como con las de mandarina. Yo en casa no lo puedo hacer porque no tengo radiadores (lo mío es suelo radiante) por eso se lo pedí a mi madre y no penséis que me aproveché de ella, ¿eh?, que luego bien le “pagué” con unas cuantas delicias de estas… ¡que le encantaron!
Disfrutad de la Semana Santa y desconectad, a ver si el tiempo también acompaña.


viernes, 23 de marzo de 2012

Sopa de calabaza y manzana



Más vale tarde que nunca. Me refiero a esto de descubrir nuevos alimentos. En mi caso, la calabaza apenas había entrado en casa, pero viendo cómo la usáis muchos/as de vosotros/as me animé a comprarla para probarla en cremas y sopas. Esta receta es una de las que más me ha gustado hecha con calabaza: por su suavidad y por su sencillez. Se trata de una sopa de calabaza sacada del blog de Kako, En Guete. Para mí, uno de los blogs que tiene unas recetas de platos de cuchara más deliciosos.
¿Mi siguiente paso con la calabaza? Algo dulce, por supuesto, ¡ja, ja!

Si queréis ver la receta original de Kako, pinchad aquí.

Y esta es la mía:

INGREDIENTES

Media cucharada de mantequilla
Una cebolla
250 gramos de calabaza
1 manzana grande
Un litro de caldo de verduras
Sal
Pimienta

PREPARACIÓN

En un cazo, calentar la mantequilla y cuando esté derretida echar la cebolla, cortada en trocitos, y rehogar hasta que se ablande y vuelva transparente.
Añadir la calabaza, también cortada en trozos y sin pepitas, y la manzana, pelada y troceada. Rehogar todo junto unos minutos.
Por último, añadir el caldo de verduras y cocinar unos veinte minutos, hasta que todos lo ingredientes estén blandos.
Batir hasta conseguir que todo quede bien triturado.
Servir caliente.



 

OBSERVACIONES PARA PRINCIPIANTES COMO YO

Es una sopa súper sencilla y con un sabor muy suave. Además, ni siquiera tendréis que pasarla por el chino si os gusta la textura más ligera, porque queda verdaderamente como una sopa. No hay recomendaciones hoy, es de verdad fácil, facilísima de preparar. Además, se puede congelar para tomar cuando más os apetezca. Muy recomendable para cenar algo calentito.




Por cierto, Bea la cocinillas ya tiene página en Facebook, podéis verla aquí. Quiero que sea un lugar de encuentro para contarnos nuestras "batallitas" en la cocina, para aprender de todos y descubrir cosas nuevas y sobre todo ricas nuestra pasión gastronómica. ¡Os espero también allí!

 





viernes, 16 de marzo de 2012

Croquetas de setas




De esta receta solo puedo decir una cosa: simplemente deliciosa. Y, como me gusta a mí, que para eso soy principiante, muy sencilla de preparar. Las croquetas siempre me habían tirado para atrás a la hora de ponerme a ellas porque el tema de la bechamel me parecía complicado, coger el punto de la masa, ni muy líquida, ni muy contundente… pero es que aquí se hace literalmente sola, ni te das cuenta y ya la tienes hecha, una maravilla. 

¿Y el sabor que le dan las setas a la croqueta? De eso sabe mucho mi amiga Arantxa, que más de una vez se le ha dicho que podía montar una especie de “tele-croqueta”, con todas las variedades que sabe hacer, a cada cual más rica. Todos los sabores que os podáis imaginar, mi amiga los traduce (y con mucho arte) en croqueta. A ver si me pasa alguna receta, por cierto, ¡je,je! 

Esta tan maravillosa la encontré en el blog Directo al Paladar, que es muy variado y que ahora voy a visitar más teniendo en cuenta que a sus filas se ha incorporado una firma de calidad, la de Akane, de Albahaca y Canela, una de esas personas que ya considero amiga sin habernos visto nunca. 


Si queréis ver la receta original, pinchad aquí. 



Y esta es la mía: 

INGREDIENTES 

Leche entera 
150 gramos de setas (15 gramos si son deshidratadas) 
Media cebolla 
3cucharadas de harina 
100 gramos de mantequilla 
Sal 
Pimienta 
Nuez moscada 
Huevos y pan rallado para rebozar

 PREPARACIÓN 

Picar la cebolla en pequeños trozos (si lo hacéis con la picadora os saldrá más rápido). En una sartén, poner la mantequilla y cuando esté derretida añadir la cebolla picada y las setas. Saltear durante unos cinco minutos, echar sal y pimienta al gusto y luego bajar el fuego al mínimo. 



En ese momento, añadir las cucharadas de harina y con una cuchara de madera repartir la harina bien y seguir cocinando hasta que se tueste un poco. 


A continuación, se añade la leche, a chorros, removiendo cada vez para que le dé tiempo a absorberse. 


Cuando la masa esté a vuestro gusto, añadir una pizca de nuez moscada y remover. Retirar el fuego, extender la masa en una fuente y dejar enfriar. 




Cuando se vayan a hacer las croquetas, dar forma a la masa y rebozar, primero por huevo batido y luego por pan rallado. 
Freír en abundante aceite y pasar después a papel absorbente para que se quite el exceso de aceite. 




OBSERVACIONES PARA PRINCIPIANTES COMO YO 


Como veis, apenas tienen misterio, pero os cuento un par de cosillas: 


No sé a vosotros, pero a mí cada vez que cocina con setas me entra el miedo de quedarme corta de sal, porque son muy sosas de por sí, así que controlar este tema para que no queden unas croquetas insulsas. 


Sobre las cantidades, Pakus, el autor de esta receta, habla de tres cucharadas de harina y casi un litro de leche, pero creo que eso se va viendo sobre la marcha porque yo, por ejemplo, le eché alguna cucharada más de harina y me bastó con medio litro de leche. Todo depende, también, de cómo os guste la masa de las croquetas. 


 No temáis si cuando vayáis a hacer las croquetas veis la masa muy seca. A mí me pasó eso y creí que iba a terminar haciendo croquetas con auténtico cemento, pero solo es esa capa de arriba que se ha resecado un poco (¿quizá poniéndole papel transparente por encima no pase?) y la masa está jugosa. 




La forma de la croqueta, como más os guste. Yo opté por las bolitas para hacer algo diferente, pero la verdad es que te pringas mucho más las manos que haciendo la forma “original” de croqueta. Eso sí, igual de buenas están.

 

viernes, 9 de marzo de 2012

Cupcakes de fresas





Soy de esas de, con perdón, “culo veo, culo quiero”. Y más en la cocina, o, exactamente, con vuestros blogs de cocina. Esa es mi excusa para justificar la entrada de hoy: cupcakes de fresas. La culpa es vuestra, por inundar vuestras páginas hace unas semanas con esta delicia. Y mía, por mis obsesiones: tengo que hacerlos, tengo que hacerlos, tengo que hacerlos….¡y no me arrepiento! porque me parecieron súper jugosos y muy ligeros (bueno, con el frosting menos, la verdad, ¡je,je!).
Además, es la primera vez que hago una receta de Alma, que no necesita presentación, lo sé. Pero por si acaso hay algún/a perdido/a, es del blog Objetivo: cupcake perfecto. Y creo que yo casi lo conseguí.

Si queréis ver la receta original de Alma, pinchad aquí.

Y esta es la mía:

INGREDIENTES

Para la masa
120 gramos de mantequilla
180 gramos de azúcar
2 huevos
230 gramos de harina
2 cucharaditas de levadura química
120 mililitros de leche
1 cucharadita de extracto de vainilla
200 gramos de fresas

Para el frosting
250 gramos de mantequilla
Azúcar glass al gusto
3 cucharadas de leche
Esencia de fresa
Colorante rojo

PREPARACIÓN

Lo primero es lavar y cortar en pequeños trocitos las fresas y reservar.
En un bol, verter la mantequilla blandita (yo la derrito, en función “descongelar” en el microondas para que se pueda trabajar mejor) y el azúcar y batir hasta que se integren los dos ingredientes. Añadir los huevos, uno a uno, y seguir batiendo.
En otro bol se mezclan los ingredientes sólidos: harina y levadura. La mitad de la mezcla se vierte ahora en la que hemos hecho y se integra todo. Después se añade la leche, donde habremos disuelto la esencia de vainilla y se vuelve a mezclar todo bien.
Por último, se termina de verter lo que queda de los ingredientes sólidos y remover hasta conseguir una masa homogénea.
Por último, se añaden los trozos de fresa para que queden bien repartidos.




Ahora es el momento de verter sobre los moldes, ya sabéis, no más de 2/3 de la mezcla en cada uno y meter en el horno para que se hagan durante aproximadamente 25 minutos a 180ºC.




 
Para preparar el frosting, mezclamos los ingredientes y probamos hasta que esté a nuestro gusto (lo que no quedó a mi gusto fue el color....¡os juro que lo quería rojo!).





 Cuando estén los cupcakes fríos, se adornan con el frosting y se meten en el frigorífico para que endurezca la crema y poderles hincar el diente, ¡hummm!


 

 
OBSERVACIONES PARA PRINCIPIANTES COMO YO

Antes de que se me olvide, la señorita Alma, una auténtica experta de los cupcakes, ha escrito una completísima entrada con dudas y consejos que podéis encontrar aquí.

Y ahora, mis observaciones:

Sé que no tengo perdón de Dios, y más en estas fechas, pero hice estos cupcakes con fresas congeladas y…¡salen igual de ricos! ¿Cuál es mi excusa? Que tenía esa bolsa de fresas congeladas que compré en un supermercado fuera de temporada de esa fruta y estaba ahí olvidada en lo más profundo del congelador, ¡ya era hora de darle uso!

Por cierto, con estas cantidades me salieron unos veinte cupcakes, de tamaño de magdalena media, para que os hagáis una idea, ¿vale?

Y hablando de congelar….¡estas delicias se pueden congelar! Lo digo por si, como yo, os juntáis con mucho material dulce, como me pasó a mí. Luego descongelan en unos minutos, y están tiernitas como el primer día. Palabra.

Por si os pasa como a mí, que en vez de verter por partes los sólidos y los líquidos, no alternáis… no os preocupéis, salen igual. Eso sí, al principio creí que, tras verter lo sólido, sería imposible desenganchar el batidor de varillas de ese ungüento, ¡ja,ja!



viernes, 2 de marzo de 2012

Polvo de mandarina


 

Hoy traigo una receta especial, porque en realidad es un ingrediente que se hace casero y se puede utilizar después en recetas varias, dulces o saladas. Tenía ganas de hacer esto desde que lo vi en el blog de Sara, Las recetas de Sara, uno de mis primeros blogs de cabecera en esto de la cocina y que hacía tiempo que le había perdido la pista. Es que empiezo a acumular tantos y tantos para leer que luego no abarco con todos y como cada vez hacéis blogs más chulos la lista se vuelve interminaaaaaaaableeeeeeeeee!
Como tantas otras cosas, me entró por los ojos nada más verlo este polvo de naranja, que yo he reelaborado como polvo de mandarina, que era lo que tenía a mano en el frutero en estos días. Hay que tener un poco de paciencia, porque tienes que estas toda la semana comiendo mandarinas y guardando las cáscaras, que vas metiendo en un bol cerrado y en el frigorífico. Cuando acumulas la suficiente cantidad (alrededor de una docena de mandarinas o así), ya tienes el ingrediente esencial para elaborar esta receta.

Si queréis ver la receta original de Sara, pinchad aquí.

Y esta es la mía:

INGREDIENTES

Cáscaras de mandarina (o de limón, naranja…lo que se os ocurra!)

PREPARACIÓN

En la bandeja del horno, forrada con papel vegetal, se echan las peladuras de la mandarina en trocitos. Se enciende el horno a 50ºC y se dejan secar durante unas cuatro horas.
Estarán listas cuando las cáscaras estén muy duras y se partan con facilidad cuando las cojas.


 

 
Con la batidora, en el accesorio de picar, se echan las cáscaras y se pican hasta obtener un polvo.
Hay que reservarlo, según explica Sara, en un bote hermético, bien cerrado, en la parte alta de la nevera. Y dice que aguanta al menos un año. Ya tenemos así el condimento ideal para bizcochos, magdalenas e incluso carnes!


OBSERVACIONES PARA PRINCIPIANTES COMO YO

Es muy sencillo, solo estad atentas a que ninguna cáscara se llene de moho durante la “recolección” y que se sequen bien, bien en el horno. La picadora hace el resto, aunque tengáis que estar un rato.
Ya sé que son muchas horas de horno (yo lo hice en varias tandas porque no iba a estar tanto tiempo en casa seguido y a mi chico le da pavor dejar algo encendido si nos vamos) pero el aroma que deja en toda la cocina mientras se secan las peladuras es una pasada.
Yo ya estoy “maquinando” a ver en qué recetas puedo utilizarlo ya…¿alguna sugerencia?