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miércoles, 26 de mayo de 2010

Pan de hamburguesa

Ha vuelto a revolverse el tiempo entre semana, pero el pasado sábado hacía un día espectacular e “inauguramos” la temporada de cenas en la terraza con unos amigos (no sé cuándo podremos volver a retomarla, porque el tiempo está loco, loco, la verdad). No quería liarme mucho en la cocina así que me acordé de algo tan sencillo como unas buenas hamburguesas. Lo bueno de este plato es que cada uno se lo prepara como quiere: con queso, con beicon, con cebolla, con mayonesa, con tomate, con lechuga… o hasta con un huevo frito. Admite de todo.

Eso sí, Bea la cocinillas tenía “mono” de amasar, así que hice el pan para las hamburguesas. Es una receta que tengo desde hace mucho tiempo y que ya había probado alguna vez. Los resultados más que satisfactorios y la receta no es muy complicada. La saqué de La maleta de Boston, de Teresa. Todavía no había puesto ninguna receta de ella, pero que sepáis que fue uno de los primeros blogs que descubrí y que me encantó desde el principio.


Si queréis ver la receta original de Teresa, pinchad aquí.


Y esta es la mía:


INGREDIENTES


550 gramos de harina

240 mililitros de leche

120 mililitros de agua

60 gramos de mantequilla

1 huevo

30 gramos de azúcar

5 gramos de sal

1 sobre de levadura seca de panadero


PREPARACIÓN


Para preparar la masa, se puede hacer de manera tradicional o con la panificadora. En este último caso, sólo hay que añadir los ingredientes según el orden correcto (es decir: huevo, mantequilla, leche, agua, azúcar, sal, harina y levadura) y darle al programa de amasado, que, en mi máquina, dura una hora y media y ya te lo leva y todo. Ideal para prisas. De manera tradicional, seguid los siguientes pasos:

Primero, se caliente la leche con el azúcar en el microondas durante un minuto. También se calienta el agua que se va a utilizar y, en un bol, se echan estos líquidos con la sal y parte de la harina. Se amasa un rato y se añade el huevo. Seguir amasando y terminar de echar, poco a poco, el resto de la harina y la levadura seca. Queda una masa bastante pegajosa (por eso casi no pude hacer fotos del proceso) así que, si es necesario para trabajarla mejor, añadid un poco más de harina a la mezcla, pero sin pasarse.

Dejar en un sitio cálido y sin corrientes, tapado, para que leve.

Cuando ya haya levado, preparar una superficie enharinada, embadurnaros las manos de harina también y amasar un rato para quitar todo el aire a la masa.

Dividir la masa en unas siete porciones de aproximadamente 150 gramos cada una. Con cada porción, se forman bolas que luego se aplastan un poco cuando se colocan en la bandeja, para darle la forma de pan de hamburguesa. Dejar reposar en la bandeja del horno durante otra media hora, para que crezcan un poco.


Hornear durante 20 minutos a 200ºC o hasta que se vean dorados los panecillos por arriba.




OBSERVACIONES PARA PRINCIPIANTES COMO YO


Es más fácil de lo que parece, de verdad, aunque también es cierto que la masa es un poco complicada de trabajar al principio, hasta que deja de ser tan pegajosa. Ahí van algunos consejillos:


En la receta de Teresa dice que la harina que se tiene que utilizar no tiene por qué ser de fuerza, puede ser normal. Cuando los he hecho a mano, he usado harina de trigo, pero el otro día los hice en la panificadora y como se supone que ahí hay que usar harina de fuerza, así lo hice, y quedaron también muy bien. Así que, elegid lo que más a mano tengáis.


Que no se os olvide echar la sal (lo digo por experiencia) porque si no, quedan unos panes muy dulces para las hamburguesas y le pega más untarlos con crema de chocolate, ¡ja,ja! Eso sí, quizá los 5 gramos de sal de la receta sean un poco escasos para algunos, así que si os gusta el pan más salado, añadidle un poco más de sal.


Intentad separar los panes en la bandeja del horno, porque si no, se os van a pegar un poco, como me pasó a mí.


Eso sí, se despegan muy bien, así que no es tanto problema. Si no queréis que se peguen, tendréis que poner los bollitos en dos bandejas, porque en una no caben muy bien.


El tiempo de horneado da algo así como dos tipos diferentes de pan. Me explico: si los dejáis sólo hasta que se doren, tendréis un pan parecido al pan de molde. Está muy rico, pero a mí me gusta más el pan de hamburguesa con la corteza más crujiente. Si a vosotros también, dejar el pan unos minutos más y os saldrán así.

Lo mejor de esta receta: los panes se pueden congelar. Con esta cantidad salen siete panes, así que los que no uséis, los podéis envolver en papel transparente y meter al congelador cuando ya estén fríos. Para usarlos, sólo hay que calentarlos en el horno y ya tenéis pan de hamburguesa casero.


La próxima entrada serán las hamburguesas de carne, como no, aunque esas son más sencillas de hacer y sin nada de misterio, ¿verdad?


PETICIÓN:

Aprovecho a los/las que habéis llegado hasta estas líneas (gracias!) para pediros un favor. Este fin de semana me voy a Madrid y acepto sugerencias de sitios de esos que a nosotros/as nos gustan, ya sabéis, para comprar cositas de repostería: moldes, esencias, adornos… o para comer algo rico, rico. Muchas gracias de antemano por vuestras sugerencias.



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miércoles, 14 de abril de 2010

FOCACCIA

Hay platos que se te quedan en lo profundo del cajón de las recetas pendientes (que el mío parece que no tiene fondo) y, aunque tengas muchas ganas de hacerlas, pasa el tiempo y al final tienes que verla en otro blog para acordarte de que ahí la tenías, esperando. Es lo que me ha pasado a mí con la focaccia, que por fin la hice este pasado fin de semana después de verla en el fantástico blog (del que no voy a decir más, lo descubrís vosotros pasándoos por ahí, que merece mucho la pena) de Pepekitchen.

Recuerdo que la receta que tenía guardada incorporaba aceitunas, tal y como la probé la primera (y única) vez en Milán, comprada de casualidad antes de ir ya al aeropuerto para volver. Pero decidí hacerla tal y como la explicaba Pepe porque así utilizaba por fin los tomates secos que tanto me había costado encontrar. ¿El resultado? un plato muy rico, ideal para acompañar con queso (como hice yo) o con chorizo (como hizo mi pareja).

Le va bien todo, o incluso sola, y calentita sabe mucho mejor.


Si queréis ver la receta original de Pepe, pinchad aquí.



Y esta es la mía:


INGREDIENTES


Para la masa:

210 gramos de agua mineral

1 cucharada de aceite de oliva

350 gramos de harina de fuerza

Media cucharadita de sal

Una cucharadita de azúcar

Una cucharadita de levadura seca de panadero

140 gramos de mozzarella rallada


Para decorar:

4-5 tomates secos en aceite de oliva

Hierbas provenzales

Sal


PREPARACIÓN

Lo más sencillo es preparar la masa con la panificadora, pero Pepe también explica cómo hacerla de manera manual e incluso con la Thermomix. Como yo tengo la primera maquinita (la única que tengo), la hice en su cubeta, donde eché, por este orden: agua, aceite, harina, sal, azúcar, levadura. Con el programa de masas, la panificadora amasa la mezcla y la leva, con lo que en hora y media la tenemos preparada.


Una vez obtenida la masa, se saca de la cubeta y se echa en una superficie enharinada, porque la masa es un poco pegajosa, y se amasa a mano durante unos minutos para quitarle todo el aire que ha cogido con el levado.

Poco a poco, se le va añadiendo el queso mozzarella rallado, para que se incorpore bien a la masa.


Se estira con un rodillo para darle la forma alargada y se deposita en la bandeja del horno. Así, se tapa con un paño limpio y se deja reposar 15 minutos.


Es el momento de decorarla. Para ello, se trocean los tomates, bien escurridos, y se reparten por toda la superficie, que después se espolvoreará con hierbas provenzales y sal.


Se mete en el horno durante 20 minutos, a una temperatura de 200ºC, o hasta que se vea doradita.



OBSERVACIONES PARA PRINCIPIANTES COMO YO


Antes de nada, que no os eche para atrás el que haya puesto la receta para hacerla en la panificadora, ¿eh? que Pepe también os la explica muy requetebién para hacerla a mano que a mí es como más me gusta, porque me encanta “manosear” todo tipo de masas, pero esta vez quería aprovechar mi aparatillo, entendedlo. Ahí van algunos consejos:

La masa sale, para mi gusto, bastante pegajosa, y creí que me iba a tener que pelear más con ella. Pero no hay nada que un pelín más de harina no pueda solucionar y eso hice yo, mientras le quitaba el aire aproveché para añadirle un poco más de harina y hacerla así más manejable.


Para añadirle el queso rallado, que es bastante, lo mejor es ir echando poco a poco sobre la masa y luego hacer una bola para que se quede dentro e ir amasando para que se reparta bien y volver a repetir la operación. Ni se os ocurra echar todo el queso de una vez, que se os saldrá por todos los lados (eso hice yo al principio…).


Para que sea más sencillo luego pasar la masa, ya estirada, a la bandeja del horno, lo que yo hice fue estirarla sobre el papel vegetal, así luego sólo tuve que colocarlo sobre la bandeja, porque si no se corre el riesgo de que la focaccia se pegue, por ejemplo, a la encimera, una vez estirada, y sea más complicado el transportarla al horno.


Como veréis si leéis la receta de Pepe, él le pone por encima romero fresco en vez de hierbas provenzales, pero es lo que tenía yo más a mano y no quedó nada mal. Supongo que con otras hierbas, como el orégano, tan típico en las pizzas, también quedará bien. Yo pienso probar.


Este es el bote de tomates secos en aceite de oliva que encontré al fin, de casualidad, en Lisboa, después de recorrerme tiendas y tiendas por mi ciudad y por otras que visitaba. Ahora tengo más, porque una amiga me trajo de Alicante, pero en bolsa, secos de verdad, ¡ja,ja! Tenía muchas ganas de abrir el bote, pero ahora no sé qué más cosas se pueden hacer con ellos, así que admito (por favor) sugerencias, porque sé que muchas de vosotras los usáis bastante. ¡Gracias!


La focaccia admite muchas más versiones, así que el asunto es ir probando. Yo todavía tengo pendiente una con aceitunas, como la que me comí en Milán hace tantos años, cuando todavía no me había entrado a mí este gusanillo por la cocina. Para acompañar a toda clase de embutidos y quesos, por ejemplo, viene muy bien y así solucionáis una cena informal, original y muy rica.






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martes, 10 de noviembre de 2009

Bea y el reto del pan

Resulta que llevo más de medio año con mi súper panificadora y todavía no la había usado para hacer simple pan. Le he dado caña con el brioche (¡qué rico está!) y con la preparación de masas, que ahorra un montón de tiempo (y algún que otro disgusto) pero no había hecho todavía pan. Así que un día que tenía una cena decidí hacer pan en la maquinita, aunque un poco especial, para untar el paté. Usé la receta que viene en libro de la panificadora de “pan francés” y la tuneé para añadirle uvas pasas y nueces, para que quedara más rico. Eso dio origen al PAN CON PASAS Y NUECES.

Y aquí os explico el resultado:


INGREDIENTES (para 500 gramos de pan)


210 mililitros de agua

1 cucharadita de sal

360 gramos de harina de fuerza

Media cucharadita de levadura seca de panadero

Un puñado de nueces troceadas

Un puñado de uvas pasas


PREPARACIÓN


Nada más sencillo (si se tiene la panificadora, claro. También se puede hacer a mano, pero eso mejor se lo preguntáis a un experto, yo ya sabéis que soy “principianta”). Se echan en la cubeta los ingredientes, por este orden: agua, sal, la mitad de la harina, las uvas y las nueces, el resto de la harina y la levadura. Se programa en “pan francés” y a esperar tres horas y media.

Así queda al sacarlo de la cubeta.

Cuando lo corté en rebanadas, vi que era de consistencia como el pan de molde, así que, como lo había hecho para untar patés y lo quería crujiente, lo metí al horno un ratito, hasta que vi que se doraba. Ahora sí que estaba crujiente y listo para comer. Está muy rico si todavía está un poco caliente. ¡Buen provecho!

OBSERVACIONES PARA PRINCIPIANTES COMO YO


Aquí sí que no tengo mucho que decir, porque todo lo hace la panificadora, la verdad. La verdad es que la mezcla de sabores del paté (el que más os guste) con las pasas y el crujiente de las nueces, con el pan todavía caliente, es una delicia. También está muy rico si se acompaña de alguna variedad de queso.


Eso sí, enteraos antes si alguno de vuestros invitados es alérgico a los frutos secos, como me pasó a mí, que el pobre no pudo probar el pan por las nueces. Qué fallo como anfitriona, ¡ja, ja!


Hoy es el cumple de mi Dani, así que, desde aquí, ¡¡¡MUCHAS FELICIDADES!!!! y que cumplas muchos más para seguir haciendo de conejillo de indias con mis experimentos culinarios!!!!!

jueves, 18 de junio de 2009

Bea repite receta

Bueno, más o menos, exactamente fue algo así como un “tuneo”. El otro día, en la cena para inaugurar las “citas gastronómicas” en la terraza, quería hacer algo rápido y rico, plato único, y me acordé de mis adorados panecillos napolitanos, que ya he publicado aquí, de mi más adorada, maestra diría yo, Canelona, del blog Recetario Canecositas. Pues el caso es que, en vez de hacer panecillos individuales, hice un PAN NAPOLITANO, con un relleno parecido, y que salió rico igual.

Aquí os dejo la receta por si os animáis:


INGREDIENTES

Para la masa:

300 gramos de agua

100 gramos de aceite de oliva

2 cucharaditas de sal

1 cucharadita de azúcar

25 gramos de levadura prensada

300 gramos de harina de fuerza

300 gramos de harina normal

2 cucharadas de orégano

3 cucharaditas de ajo en polvo


Para el relleno:

250 gramos de fiambre de jamón de york o pavo

250 gramos de queso Gouda

1 lata pequeña de champiñones en láminas

5 tomates


PREPARACIÓN

La masa se prepara igual que para los panecillos:

Del agua de los ingredientes, se separa un poquito en un vasito y allí se disuelve la levadura, deshaciéndola con los dedos, y el azúcar.

En un bol grande, se tamizan las dos harinas con la sal y se le echa lo del vasito, el resto del agua y el aceite, el orégano y el ajo.

Se amasa hasta que todos los ingredientes se integren bien. Cuando se haya convertido en una masa lisa y elástica, es que ya está lista.

Se estira la masa con un rodillo, hasta que quede un rectángulo.

Ahora es momento de poner el relleno. Primero, rodajas de tomate, después el queso en lonchas también y el fiambre. Por encima, los champiñones.

Se envuelve como un brazo de gitano y se cierra bien por los bordes. Mientras se hace el relleno, se pone a precalentar el horno a 225ºC.

Se mete el pan en el horno, con papel vegetal en la bandeja para que no se pegue al cocerse y se deja allí media hora, hasta que se haga.

OBSERVACIONES PARA PRINCIPIANTES COMO YO

Lo más importante, porque yo no lo hice así y me las vi y me las deseé para pasar el pan ya relleno a la bandeja. Es mejor que cuando hayáis estirado la masa coloquéis el rectángulo en la bandeja del horno y allí rellenéis la masa, porque luego pesa mucho y se rompe por todos los lados cuando intentas moverlo. Os lo digo porque yo lo sufrí y creí que me quedaba sin cena, qué momentos de tensión, ¡por dios!


Como tenía tiempo, yo dejé levar la masa una media hora antes de estirarla, para que doblara su volumen. Pero otras veces no la he dejado subir, cuando he hecho los panecillos, y está igual de rico, así que si tenéis prisa, pasad de este consejo, ¡je,je!


Por supuesto, el relleno puede ser de lo que más os guste, pero os aconsejo que uséis al menos el tomate, porque le da mucha jugosidad y quedan muy ricos y nada secos.


Cuando llevaba unos veinte minutos en el horno, creí que se me iba a quemar por arriba, porque se estaba dorando mucho, así que le puse papel de aluminio para que se terminara de hacer sin que se churruscara mucho.


Lo ideal es comerlo recién hecho, calentito todavía. Aunque la verdad es que al día siguiente le di un muerdo a lo que nos había sobrado de la cena (adjunto foto) y, la verdad, seguía estando rico, todavía tierno.

¡Ah! Se tarda mucho menos en hacer este pan que en hacer los panecillos, porque no hay que ir rellenando uno a uno. Es mucho más rápido, así que animaos a probar, que seguro que repetís.


jueves, 23 de abril de 2009

Bea y su pasión por las masas

Pues sí, es verdad, una vez que te sale una bien, te animas y dices, “anda, si esto va a ser menos complicado que lo que parece”. Lo esencial es perderles el miedo y el respeto, ¡je,je! A mí me encanta amasar. Más de una vez me he visto tentada a comprar una panificadora, pero en el último momento me entra la cordura (y ahora más, en tiempos de crisis) y me engaño diciendo que es mucho más divertido pringarte hasta los codos para conseguir la masa tú solita. Así parece que tiene más mérito, ¿no?
Bueno, al grano, que la primera masa que voy a poner en el blog es una de las primeras que probé en su día y que salieron sin tener mucha experiencia, de verdad. Los ingredientes ligan bien con facilidad y eso anima. Además, lo más importante, están riquísimos estos PANECILLOS NAPOLITANOS, que los puedes rellenar con lo que más te guste y que con el toque de orégano y ajo los hace más ricos todavía si cabe. Os lo he explicado en un “paso a paso” para que veáis que es fácil y os animéis, así que no tenéis excusa.
Esta estupenda receta la saqué de uno de los primeros blogs que encontré por Internet y que es como una Biblia para las blogueras cocinillas como yo. Lo suelo mirar todos los días y es que no falla casi ni uno, a esta mujer no se le acaban las recetas. Alicia, Canelona en la web, es toda una todoterreno de los fogones y, además, siempre con buen humor y dispuesta a solventar cualquier duda a las que no estamos a su altura (anda que no me queda…).
Así que, antes de nada, si todavía no lo conocéis, echad un vistazo a la web de Canecositas y me daréis la razón.


Si queréis ver la receta original de Alicia, pinchad aquí.

Y esta es la mía:

INGREDIENTES
Para la masa:
300 gramos de agua
100 gramos de aceite de oliva
2 cucharaditas de sal
1 cucharadita de azúcar
25 gramos de levadura prensada
300 gramos de harina de fuerza
300 gramos de harina normal
2 cucharadas de orégano
3 cucharaditas de ajo en polvo


Para el relleno:
250 gramos de fiambre de jamón de york o pavo
250 gramos de queso Gouda
1 lata de champiñones en láminas
1 lata de aceitunas sin hueso
Tomate frito

PREPARACIÓN
Primero empezamos con la masa. Del agua de los ingredientes, se separa un poquito en un vasito y allí disuelves la levadura, deshaciéndola con los dedos, y el azúcar.En un bol grande, se tamizan las dos harinas con la sal y se le echa lo del vasito, el resto del agua y el aceite, el orégano y el ajo.
Es hora de meter las manos (bien lavadas, ¿eh?) en la masa. A remangarse y empezar a amasar hasta que todos los ingredientes se integren bien. Cuando se haya convertido en una masa lisa y elástica, es que ya está lista.


Se saca la masa del bol y se divide en siete u ocho porciones y se reserva.
Ahora vamos con los ingredientes para el relleno. Se pica el jamón de york, el queso y las aceitunas y se le añaden los champiñones, escurridos, para mezclarlo todo bien en un bol.Una vez preparado el relleno, se van cogiendo una a una las porciones de masa y se hace lo siguiente: estirarla con un rodillo, untarla con un poco de tomate frito,

echar una buena porción de relleno, enrollar la masa y cerrarla bien.


Mientras se hace esto, se puede poner ya a precalentar el horno, a 225ºC.
Los panecillos se van dejando en una bandeja de horno, con papel vegetal para que no se manche mucho ni se peguen y, una vez hechos todos, se meten durante media hora.
Es mejor comerlos calentitos, están más ricos que fríos o recalentados después, aunque, de todas formas, os aseguro que van a ser un éxito y desaparecerán.


OBSERVACIONES PARA PRINCIPIANTES COMO YO
No os voy a engañar, se tarda un rato de hacer, no es precisamente una receta express, quizá podáis estar hora y media tranquilamente hasta que los panecillos salen del horno con ese olorcito a orégano y ajo….¡hummmm!. Así que merece la pena. Lo mejor es que tengáis todos los ingredientes pesados ya para añadirlos rápidamente para hacer la masa y tener cortados y mezclados previamente los alimentos que compondrán el relleno.

No os preocupéis si tenéis que añadir un poco más de harina a la masa porque queda un pringosa. A mí me pasó la primera vez, aunque no las siguientes. No sé la razón, pero con un extra de harina se arregla todo.

Por supuesto, como ya se os habrá ocurrido, la masa admite cualquier relleno. Yo, por ejemplo, esta última vez le añadí las aceitunas, pero dejad volar vuestra imaginación y echarle otras cosas que os gusten.

Cuidado cuando estiréis la masa y la untéis con tomate, echad sólo un poco, porque si no luego se va a salir por todos los lados cuando la enrolléis. Os lo digo por experiencia.

Lo que también debéis de hacer es sellar bien el panecillo cuando esté enrollado, para que no se salga el relleno por los lados, aunque quede más feo.

Para poder trabajar bien con la masa, una vez extendida con el rodillo, despegarla de la mesa de trabajo y luego la volvéis a apoyar allí. Así estará más suelta cuando, con todo el relleno, se intente enrollar.