
Quizá algunos recordéis una de mis primeras recetas, la del pastel de zanahoria de Sara. Es uno de mis bizcochos favoritos, por ese sabor tan sorprendente, que para nada recuerda a la zanahoria, qué curioso.
Por eso, siempre que entro en un blog nuevo, busco a ver si tiene alguna receta de este pastel. Y con una me topé estas navidades, gracias al calendario de Adviento de Noema, cuando descubrí un nuevo un blog que me parece precioso, el de Mai, Hierbas y Especias.
Además de bonito, su autora es todo amabilidad y siempre tiene un hueco para solucionar tus dudas, lo cual yo agradezco en particular, porque, como buena cocinilla principiante, soy todo un mar de dudas.
Así que el otro día encontré la ocasión perfecta para hacerlo. Esta vez mis conejillos de indias fueron los compañeros del trabajo y aprovechando que había sido el cumpleaños de mi jefa Begoña, llevé este pastel para celebrarlo. Parece que gustó, porque voló en un momento (eso sí, eran ya las ocho de la tarde y todavía nos quedaba mucho por hacer, así que había hambre y creo que se habrían zampado cualquier cosilla que hubiera, yo la primera ¡je,je!)
Si queréis ver la receta original de Mai, pinchad aquí.
Y esta es la mía:
INGREDIENTES
4 huevos
250 mililitros de aceite de girasol
Un puñado de nueces, según gustos
1 cucharadita de levadura en polvo
1 cucharadita de canela en polvo
1/2 cucharadita de nuez moscada
1 pizca de sal
PREPARACIÓN

Después, añadirle poco a poco el aceite, y seguir batiendo para que se mezcle bien.

En otro bol, mezclar la harina con la levadura, la sal, la canela y la nuez moscada. Todo esto se tamiza sobre la mezcla anterior y se integra, poco a poco, gracias a una espátula de silicona.

En la picadora, se echa la zanahoria para que quede así de picadita.

Se integra la zanahoria en la mezcla anterior y, por último, se añaden las nueces, cortadas más o menos grandes, según los gustos.


Con el horno precalentado a
Mai recomienda:
“El punto de este pastel es dejarlo bien húmedo y para ello, una vez desenmoldado y enfriado, hay que envolverlo en papel de aluminio y se deja reposar un día entero antes de consumir”.

OBSERVACIONES PARA PRINCIPIANTES COMO YO
La verdad es que este pastel de zanahoria es mucho más sencillo de hacer que el que tenía publicado, pero de sabor está igual de rico. La máxima diferencia es el aceite, que hace que este pastel esté mucho menos seco y sea más jugoso. Pero todo va en gustos.
Aquí os dejo algunos consejos:
El azúcar que se utiliza en estos pasteles es el moreno, por eso queda ese color oscuro tan bonito. Pero si no tenéis a mano este tipo de azúcar, no pasa nada, yo también lo he hecho a veces con el blanco de toda la vida y queda igual de rico.
Sobre el aceite, en la receta original pone que hay que utilizar el de semillas, pero yo ni siquiera lo conocía, así que, tras consultarlo con Mai (gracias por tu paciencia de nuevo) utilicé el de girasol. Lo malo (o lo bueno) es que sólo tenía en ese momento 250 mililitros y no puse más. Menos mal, porque, para mi gusto, con esta cantidad es más que suficiente para que el pastel quede húmedo y jugoso. En la receta original pone 350 mililitros, pero Mai también avisa que con un poco menos también queda bien. Para mí, viendo los resultados con 250, creo que más lo haría demasiado aceitoso.
En el tema de las zanahorias, por lo visto también se pueden añadir al pastel troceadas en vez de picadas, pero yo siempre he optado por lo segundo, porque así ni siquiera se ven y encima la gente que lo prueba se queda “mosca” preguntando dónde está la zanahoria, porque ni siquiera sabe a ella Es más, el sabor de la canela, siendo sólo una cucharadita, se nota mucho más que el de la hortaliza.
Muy, muy recomendable esta receta, os va a sorprender, os lo aseguro. Mis compis de curro (que también puede ser por peloteo) quedaron encantados y alguno se animó y me pidió hasta la receta.


Imprimir