jueves, 7 de enero de 2010

Bea y don Ramiro

Si es que la cocina no deja de sorprender. Tengo que compartir con vosotros el descubrimiento que hice estas pasadas navidades. Se trata de una empresa zamorana, Morcillas Ramiro, que se dedica desde hace años a elaborar este producto y que, con el objetivo de dar un paso más, ha creado un recetario muy original, que tiene de base, cómo no, la morcilla. Pero con platos verdaderamente sorprendentes, tanto dulces como salados.

Uno de los primeros es el que yo he probado, ya que el propio Ramiro, una persona encantadora, me regaló una caja de estas delicias. Se trata de TRUFAS DE MORCILLA, una receta sencilla y diferente de la que os dejo la receta por si os animáis:

INGREDIENTES

200 gramos de morcilla
300 gramos de bizcochos de soletilla
200 gramos de chocolate fondant
250 gramos de queso mascarpone
1 cucharada de café soluble (opcional)
1 chorrito de ron (u otro licor)
Coco rallado o cacao en polvo


PREPARACIÓN


Machacar los bizcochos hasta que queden totalmente desmigados. Derretir el chocolate al baño María. Añadirle la morcilla desmenuzada, el queso mascarpone, el licor y el café. Mezclarlo bien con los bizcochos hasta que quede una masa homogénea. Meter en el frigorífico la masa resultante durante una hora. Hacer bolitas con las manos y rebozarlas con coco rallado o con cacao en polvo.


Está claro. Si no le desveláis a nadie el “ingrediente secreto” de este postre, ni se enterarán. Lo he comprobado yo misma estas pasadas fiestas. Sí notarán un sabor especial al final, pero, en esencia, saben a chocolate, como las trufas de toda la vida.

Si queréis saber un poco más de esta original iniciativa de expandir la morcilla por todos los rincones culinarios, pinchad aquí.

Y aquí para ver la página web de la empresa, donde encontraréis muchas más recetas que no tienen desperdicio.

¡Ah! y, si tenéis ocasión, no dejéis de probar sus morcillas. Creo que incluso se pueden hacer pedidos por internet. Yo no soy una apasionada de este producto y me han encantado cuando las probé (porque, aparte de las trufas, Ramiro me regaló unas cuantas que fueron a parar a los menús navideños en forma de canapés varios), pero tengo uno en casa que sí lo es y ya ha dado su veredicto: unas de las mejores que ha probado.

Además, tiene de todos los tipos, desde la tradicional zamorana de cebolla, picante o no, hasta la de arroz, más suave, como la de Burgos. A mí la que más me llama la atención es una de frutos secos, especial para las recetas dulces.

Ya me contaréis si os animáis a probar alguna de esta propuestas.




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miércoles, 6 de enero de 2010

Bea y sus regalos de Reyes

Bueno, pues esto ya se terminó. Han sido unos días llenos de comidas, cenas, reuniones familiares, tiempo libre, más comidas, reencuentro con amigos, regalos, cenas de nuevo... a ver si al final me va a gustar esto de la Navidad, ¡ja,ja!

Como colofón, nada mejor que la llegada de los Reyes Magos. Como me conocen muuuy requetebién y saben de mi nueva afición culinaria, he tenido unos regalos estupendos que aquí os enseño.


¡Menudos libros de cocina! Quizá demasiado profesionales para mi capacidad, pero seguro que saco alguna receta fácil que sea capaz de hacer.

Mirad qué maravilla de platos:


Y en el de chocolate, todas las recetas son de “paso a paso”, así que malo será que alguna no me salga, ¿no?


Y aquí, otros regalos que, por circunstancias especiales, me los tuvo que traer el señor gordito de rojo que no recuerdo ni cómo se llama porque en mi casa este nunca ha entrado:

Es un molde súper chulo en forma de calabaza que ya estrené para hacer un bizcochito que quedó muy original y una manga pastelera rígida que también tengo que darle uso pronto.

Y eso es todo. Al final, con tanto tiempo libre en estos días de vacaciones que he tenido no he parado ni he hecho la mitad de las cosas que tenía pensadas (entre ellas, cocinar y cocinar, pero imposible, demasiados compromisos sociales, ¡je,je!) así que a ver si ahora, de vuelta a la dura realidad y con menos tiempo, saco un poco para volver a las recetas, que tengo unas cuantas pendientes.

Ánimo con la vuelta a la rutina y que 2010 sea un año para recordar.






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jueves, 31 de diciembre de 2009

Bea termina el año con sorpresa!

31 de diciembre. 9.30 de la mañana. Yo totalmente dormida en la cama, para algo era mi primer día de vacaciones de Navidad. Además, anoche llegué un pelín tarde a casa y, además, “chispita” total por el champán que nos habíamos tomado en el trabajo, por eso de celebrar el fin de año, ya sabéis.

Suena el portero de abajo. ¡Menudo susto! Se levanta mi chico a abrir pero rápidamente vuelve a la cama y masculla algo así como “traen un paquete para ti” y se da la vuelta, acurrucándose (él también llegó tarde, conmigo).

Con un solo ojo abierto me hago una coleta, me pongo un jersey viejo de andar por casa encima del pijama e intento poner cara de despejada esperando a que llegue el repartidor de la empresa (treinta segundos sólo de tregua, así que, imposible). Seguro que se quedó flipado con mi careto cuando salió del ascensor, pero lo disimuló muy bien. ¡Qué profesionalidad!

Me confundo al firmar, lo hago en otro sitio, pido disculpas, felicito el año y vuelta a la cama. Por el camino miro el paquete. Primera sorpresa: viene de Sagunto. ¡Qué casualidad! Yo viví en Sagunto (bueno, en el Puerto de Sagunto) desde que tenía tres meses hasta los cinco años. Y luego, hasta 1991, estuve yendo todos los veranos de mi vida, el mes de julio completito en la playa. ¡Qué tiempos, snif!

Así que mi AIG es de allí, lo cual me hace mucha ilusión, así que dejo la cama y me pongo a desembalar, ¡qué nervios!

Llevaba esperando a mi amiguita invisible desde hacía mucho, incluso creí que ya se habían olvidado de mí y le mandé un mail a Ana, de Delicias y Tentaciones, encargada de toda esta maravilla, para comentarle el caso. Es que, ¡jopé!, la que me había tocado a mí recibió mis regalos el pasado 15 de noviembre, casi nada (por cierto, pinchad aquí si tenéis curiosidad por ver quién recibió qué).

Pero ya llegó esta mañana y tengo que decir que la espera ha merecido la pena. Sí señor, pedazo de regalos. Aquí una foto general, para que echéis un vistazo.


Como podéis ver, aquí hay un libro de decoración de galletas increíble, unos medidores americanos que me van a venir de perlas porque no tenía, unos cortapastas para hacer mis pinitos en el “mundo galletil”, unas delicias caseras para devorar (ya les he metido mano, por supuesto), un bolsito muy práctico y colorantes en pasta.


Aquí las cosas de no comer más de cerca. Lo que más ilusión me ha hecho han sido los colorantes, porque en mi ciudad no los encontraba por ningún lado, así que genial.

Detalle del libro de galletas, un poco profesional para mis inicios, pero precioso.


Mirad qué cosas más bonitas te encuentras dentro




Y aquí, lo más rico, unos biscotti que estaban de muerte y unas almendradas con un sabor intenso a mantequilla increíble. Aprovechando el “madrugón”, hemos desayunado como reyes…(espero que mi AIG tenga tiempo para mandarme pronto las recetas, porque están realmente ricos)



¿Y a quién le tengo que dar millones y millones de gracias? Pues a Andrea, de Sweetie Cakes, un blog que no conocía pero que ya me he apuntado en favoritos.

Andrea, me han hecho mucha ilusión tus regalos, son fantásticos, cómo se nota que eres toda una profesional. Si algún día vuelvo al Puerto de Sagunto, habrá que ir a visitarte y conocernos en persona.

Ana, una vez más, muchas gracias por esta iniciativa, me lo he pasado en grande: buscando los regalos de mi AIG, esperando a ver cuándo le llegaba, pasando nervios y mirando el buzón cada día a ver cuándo venían mis regalos….vamos, que el próximo año repito seguro.


Y, aprovechando este último post de 2009….


¡FELIZ AÑO NUEVO A TODOS!








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martes, 29 de diciembre de 2009

Bea regresa a sus orígenes

¡Ay!, que tenía yo ganas de desintoxicarme un poco de recetas navideñas, aunque estemos en estas fechas. Por llevar la contraria, más que nada, ¡ja,ja! Confieso que tengo alguna más guardada para publicar en estos días, pero hoy toca un clásico en este blog, es decir, un bizcochito, que ya no me acuerdo cuándo fue la última vez que hice uno.

El otro día, cuando el olorcillo inundó la cocina, recordé por qué me gusta tanto hacer bizcochos, ¡qué aroma más rico! Aquí os presento el BIZCOCHO CEBRA, al que le tenía yo muchas ganas desde que lo vi en el blog de Rosa, Bocados dulces y salados, una auténtica biblia culinaria, como os he dicho muchas veces antes.


Si queréis ver la receta original de Rosa, pinchad aquí.


Y esta es la mía:


INGREDIENTES


150 gramos de azúcar

3 huevos

Una tarrina de queso mascarpone

¾ de la medida de la tarrina de queso de aceite de girasol

250 gramos de harina

6 cucharadas soperas de cacao en polvo

1 sobre de levadura en polvo


PREPARACIÓN


En un bol, echad los tres huevos y el azúcar y batir hasta que se mezcle todo muy bien. Añadir el queso mascarpone y el aceite de girasol y seguir batiendo.

Cuando estén todos los ingredientes integrados, empezar a echar la harina, que estará mezclada ya con la levadura en polvo, poco a poco, mezclándola bien con la masa gracias a una espátula de silicona.


Dividir esa masa obtenida en dos y, en una de las partes, echar el cacao en polvo y mezclar bien, para que coja ese color “chocolateado”.


Preparar el molde donde se va a hacer el bizcocho. Para ello, poner un papel de horno sobre el molde que se vaya a utilizar y sobre él, poco a poco, como se ve en las fotos, ir echando dos cucharadas de la masa clara, otras dos encima de la “chocolateada” y así sucesivamente, hasta terminar con ambas.



Meter en el horno, precalentado a 170ºC, durante 40 minutos.


OBSERVACIONES PARA PRINCIPIANTES COMO YO


Fallo de principiante en mi primer bizcocho cebra: pinché la masa por los lados, no por el medio, y creí que ya estaba hecho. Me había quedado crudo en el centro, ¡snif!. Afortunadamente, algo se pudo recuperar, pero ya lo sabéis, pinchad en el centro también para ver si el bizcocho está hecho, no os pase lo que a mí.

Otro consejo: paciencia a la hora de echar la mezcla. No es difícil y luego queda muy original, así que ánimo.

Como siempre, mezclar muy bien todos los ingredientes, sobre todo el azúcar, que es más complicado de deshacer.

Ya sabéis que para que el papel que cubre el molde no se mueva, es mejor untar este último con un poco de mantequilla o aceite para ques e adhiera.


Poco misterio más tiene este bizcocho así que…¡buen provecho!