viernes, 29 de enero de 2010

Tallarines chinos

No va a ser una constante, lo prometo, pero estos días echo de menos a gente y tengo que seguir dedicando recetas. Esta va expresamente para mi “hermanita” Judit (sin h, ¿eh?), que es una forofa de la gastronomía china, a ver si se anima a hacer estos tallarines chinos. No necesitan horno, así que, pelirroja, ¡no tienes excusa!

Esta receta fue una de las primeras con las que me atreví a entrar en la cocina. Recuerdo mi estado de ansiedad al abrir mi primera botellita de salsa de soja y estrenar mi wok recién comprado, me parecía todo un mundo apasionante. Y lo sigue siendo.

La receta la saqué de un blog estupendo, también uno de los primeros que descubrí. Es Cuchara de Palo, de Raquel, una chica la mar de mañosa en la cocina, con recetas muy, muy recomendables. Perdí su pista cuando dejó el blog para estudiar, pero hace poco, por casualidad, volví a él y me encontré con que había vuelto a escribir nuevas recetas, así que ¡bienvenida de nuevo!


Si queréis ver la receta original de Raquel, pinchad aquí.


Y esta es la mía:


INGREDIENTES


1 paquete de tallarines o spaghetti

1 zanahoria

1 cebolla

1 calabacín

1 pimiento

1 lata pequeña de champiñones

1 pechuga de pollo

1 puñado de gambas congeladas

Salsa de soja

1 vaso de vino blanco

Aceite


PREPARACIÓN


Para empezar, echar aceite en el wok y sobre él echar la cebolla, bien picadita para que empiece a freirse.

En una sartén aparte se trocea la pechuga de pollo y se fríe también, sazonada con sal y un poco de pimienta.

Cuando la cebolla empiece a ponerse transparente, es el momento de añadir el pimiento, también troceado.














Una vez que el pimiento se empiece a poner tierno, se añade la zanahoria, cortada en rodajitas.





El siguiente ingrediente que se añade al wok es el calabacín, que no hay que pelarlo, sino sólo cortarlo en taquitos, y las gambas congeladas, que irán soltando su juguillo.

















Por último, se añade a todo esto los champiñones, sin el caldo, y la pechuga, que ya estará hecha.

















Cuando esté todo, se le echa el vaso de vino blanco y se espera a que se haya casi consumido para verter un buen chorro de salsa de soja.

Se remueve todo muy bien para que se impregne el sabor de la salsa a todos los ingredientes.

Por último, se cuece la pasta en un cazo aparte y, cuando esté hecha al gusto, se escurre para añadirla al wok.

Se remueve todo bien para que se mezcle y se sirve.



CONSEJOS PARA PRINCIPIANTES COMO YO


Aunque parezca muy lioso, únicamente hay que seguir los pasos y sale casi solo, ¡jaja!. No, es en serio, es muy fácil. Ahí van algunos consejos:


Lo primero de todo, que lo dice Raquel en la receta original, es mejor tener los ingredientes cortados ya para que sólo haya que echarlos en el wok y no perder tiempo mientras se está cocinando.


Respecto a lo del wok, se suele hacer ahí, pero si no tenéis, no hay problema. Sale igual de rico si se hace en una cazuela un poco honda, para que quepan bien todos los ingredientes.


Y, hablando de ingredientes (qué bien hilo hoy, ¿eh?), se pueden añadir o quitar los que queráis. No sé, si no os van las gambas, pues no las echáis, o si preferís el pimiento rojo o cambiar el calabacín por la berenjena….


En cuanto a la pasta, da igual la que uséis, la que más os guste. Queda muy bien con tallarines (esos gorditos aplastados) pero esta vez yo usé estos fideos de arroz comprados en una tienda oriental, que tenía ganas de probar y que se cuecen en un momentito.


Si veis que se os seca mucho al final de la cocción, echad un poquito más de vino o más salsa de soja, que es la que le da ese sabor tan oriental, ¡je,je!


Por último, lo mejor es tener calma e ir añadiendo los ingredientes poco a poco, con el fuego no muy alto para que no se queme, esperando a que esté blandita la primera verdura antes de echar la segunda, removiendo de vez en cuando, echando más aceite si veis que se os pega un poco….Pero, de verdad, el resultado merece la pena.




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martes, 26 de enero de 2010

Muffins especiados

Esta receta viene un poco por casualidad y se ha colado por delante de muchas otras que tengo en pendientes (y que, aunque no os lo creáis, no son dulces, de verdad). Si es que ya tenía una entrada programada para hoy (que saldrá pronto). Pero todo esto tiene una razón que os resumo aquí:

Ayer, trasteando por internet (es lo que tiene tener ahora taaaanto tiempo libre) descubrí un nuevo blog, que está empezando, Magdalenas de chocolate, que me llevó a otro blog, el de Pepekitchen, donde había un concurso de muffins y magdalenas para este mes. Y como justo esa mañana había probado unos muffins nuevos para desayunar hoy con mis amigos de la radio, pues me he dicho “¡es una señal!, vamos a participar a ver qué pasa”. Y aquí están.

Si os animáis, todavía estáis a tiempo, el concurso termina a finales de mes. Pinchad aquí para ver la información y aquí para ver lo que os podéis llevar.

Y ahora, al grano.

Estas muffins especiadas las encontré en un blog súper recomendable, Pan y varios. Bueno, ahí explicaban cómo hacer unos muffins básicos y luego, en otro post, te enseñan cómo hacer una mezcla de especias muy rica que se puede usar para bizcochos y magdalenas, así que yo junté las dos ideas y aquí está el resultado.

Si queréis ver la receta original de Pan y varios, pinchad aquí.

Si queréis ver la receta de la mezcla de especias, pinchad aquí.


Y esta es la mía:


INGREDIENTES


1 taza y ¾ de taza de harina normal

1/3 de taza de azúcar

2 cucharaditas de levadura química

¼ de cucharadita de sal

1 huevo

¾ de taza de leche

¼ de taza de aceite de girasol

2 cucharaditas de la mezcla de especias (canela, jengibre, clavo y nuez moscada)


PREPARACIÓN


En un cuenco, poner la harina, el azúcar, la levadura, las dos cucharaditas de especias y la sal, es decir, los ingredientes secos.

En un plato hondo batimos el huevo junto con la leche y el aceite.

Ahora se echa esta mezcla líquida en el cuenco con los ingredientes sólidos y se mezclan sin batir, aunque quede algún grumo, con una espátula de silicona.

En una bandeja de muffins o en papeles de magdalena se vierte la mezcla, llevando el hueco alrededor de ¾ de su capacidad y se meten en el horno, precalentado, a 200ºC sobre 20 minutos.


















OBSERVACIONES PARA PRINCIPIANTES COMO YO


Lo mejor que podéis hacer es echar un vistazo a la receta original, porque os ponen unos consejos para los muffins que están muy bien y que se resumen en: mezclar los ingredientes secos por un lado y los húmedos por otro, no batir los ingredientes, sino mezclarlos y tener el horno precalentado bien antes de meter los muffins. ¿La razón? Ni idea, pero yo sigo los consejos de los que saben.

Lo sé, los ingredientes vienen en tazas y cucharas, un rollo….pero es que yo ya tengo tazas y cucharadas gracias a mi AIG de este año!!!! No veáis el gusto que me ha dado no tener de convertir las medidas y echar sin hacer cuentas, ¡ja,ja,ja! Ha sido una satisfacción que me ha hecho sentir como una repostera profesional. Pero, como sé lo que se siente cuando no sabes cuántos dichosos gramos son 2 tazas y ¾ de cucharita…aquí os dejo la página que yo visitaba y que viene muy bien (yo la conservo por si acaso, ¿eh?) que, por cierto, casualidades de la vida, es la misma de donde he sacado esta receta.

La mezcla de las especias es todo un descubrimiento. Yo ya tengo un botecito para próximas veces: ¼ de taza de canela, 2 cucharadas de jengibre, 2 cucharaditas de nuez moscada y 2 cucharaditas de clavo (yo lo tuve que machacar porque no lo tenía en polvo).


PD: Por cierto, el tiempo libre de ayer, además de para cocinar mucho, me dio para confeccionar mi primera caja de luz, muy rudimentaria, para hacer fotos. La he probado con estos muffins, no sé si se nota algo, ya me diréis. Yo creo que me han quedado más luminosas.



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sábado, 23 de enero de 2010

TARTA DE TURRÓN DE CHOCOLATE dedicada


Que sí, que sé que les va a hacer ilusión, porque todavía se acuerdan de mí, ¡je,je! que la receta de hoy, la primera con el nuevo diseño de blog, va dedicada a… Carlos y Tania, mis ex compis de trabajo, que hoy cumplen años y a quienes les deseo todo lo mejor en este día. Carlos, echaré de menos que me llames “la nueva” y Tania, que estás estupenda con los que has cumplido, no lo dudes, ¡cuántas quisiéramos pillarlos! Yo ya no sé ni dónde los dejé…


Bueno, después de la dedicatoria, que me da la morriña, vamos a entrar en harina.

La receta de hoy es el postre que hice para la cena del pasado fin de semana, cuando mi amigo Pablo me conquistó con su pastel de naranja y tuve que dejar mi tarta de turrón de chocolate en el frigorífico.

Hacía tiempo que le tenía echado el ojo a esta receta, porque estaba la tableta de turrón de chocolate de la cesta de Navidad muerta de risa en el armario, pensando que, como tantos otros años, iban a pasar meses y meses y terminaría mordisqueada a trocitos, poco a poco, con mi posterior sentimiento de culpa. ¡Pero no! Esta vez me salvó el blog de Javi, Recetas de cocina paso a paso, del que, raro es, porque lo consulto mucho, todavía no os había hablado aquí. Lo mejor: que explica muy bien cada receta y es sencillo seguirlo para conseguir hacer lo que te propongas. Haced la prueba.


Si queréis ver la receta original de Javi, pinchad aquí.


Y esta es la mía:


INGREDIENTES


4 huevos

400 mililitros de nata líquida

300 gramos de turrón de chocolate

75 gramos de mantequilla

50 gramos de azúcar

15 galletas tipo Digestive con chocolate


PREPARACIÓN


Empezamos preparando la crema de la tarta. Para ello, en un cazo a fuego medio se echa la nata y, cuando esté caliente, se baja el fuego y se añade la tableta de turrón a trozos, para que se funda sin quemarse. Se va removiendo con una cuchara de palo para que se integren el chocolate con la nata.







En un bol aparte, se ponen los cuatro huevos y el azúcar y se bate bien. La mezcla obtenida se vierte en el cazo que tiene la nata con el chocolate, ya retirado del fuego.

Ahora toca la base de la tarta. Para ello, se derrite la mantequilla en el microondas y se vierte sobre las galletas, que habremos machacado previamente (yo suelo usar la trituradora para que queden bien). Con eso se hace una pasta que se extiende en la base del molde que vayamos a utilizar para la tarta.

Sobre esa base se vierte la mezcla de nata, chocolate, huevos y azúcar.

Ahora se mete en el horno, precalentado a 180ºC, durante aproximadamente 35 minutos.

Para comprobar que la tarta se ha hecho, lo de siempre, pinchar en el centro con un palillo y que éste salga limpio.

Dejar enfriar la tarta antes de meter en el frigorífico.



CONSEJOS PARA PRINCIPIANTES COMO YO


Lo cierto es que es un postre de lo más sencillo y con muy buen resultado. De todas maneras, ahí van los consejitos de siempre:


Sobre el tema del chocolate, mi tableta de turrón era sólo de 200 gramos, por lo que le añadí otros 100 gramos de chocolate normal. Salió bien, así que supongo que es una tarta que se puede hacer todo el año, es decir, aunque no se tenga turrón de chocolate a mano. Eso sólo provocará que la tarta no tenga arroz inflado en su interior, ingrediente del turrón.


Quizá lo más complicado, si hay algo, es hacer la base de la tarta. Sólo un poco de paciencia para repartir bien la galleta por toda la base. Usad las manos, no os cortéis, es lo más cómodo. Como he dicho antes, lo mejor para machacar las galletas es meterlas en la picadora, lo hace en un momentito. Yo antes las partía y las terminaba de machacar en el mortero, que es otra opción. A gusto de los cocinillas.

Leed la receta de Javi, porque está muy bien explicada y os puede dar nuevas ideas, como rociar la tarta con chocolate rallado una vez que sale del horno. Él dice que se puede comer templada o fría. De un día para otro está mucho más rica, como le pasa a otras tartas, como la de queso. Y ya si la acompañáis con un poco de helado de nata, ni os cuento. Lo digo con conocimiento de causa, ¡yo la he probado así!





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viernes, 22 de enero de 2010

Nueva imagen


Pues eso, vida nueva....lavado de cara al blog, que le iba haciendo falta. Era una idea que me rondaba desde hacía tiempo por la cabeza y este es, por el momento, el resultado. A lo mejor le doy alguna que otra vuelta más, pero espero no marearos mucho.
Mañana prometo una receta de las mías (es decir, dulce, por supuesto, ¡je,je!)





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martes, 19 de enero de 2010

Bea y un postre invitado

Hoy toca una receta de un amigo, Pablo, que trajo el otro día el postre a la cena que hice en casa y que estaba riquísimo. Y muy fácil, como nos gusta, ¿eh? Se trata de un PASTEL DE NARANJA.

El caso es que a mí normalmente lo que más me gusta hacer cuando preparo una cena para los amigos es el postre, pero esta vez tuve que ceder y dejar que lo trajeran los invitados, como buena anfitriona, ¡je,je!, cuando yo ya había hecho otro, que publicaré en breve y del que dimos cuenta al día siguiente; aquí no se tira nada, ya sabéis.

Mi amigo Pablo me pasó luego amablemente la receta, una vez que casi reventamos comiendo este riquísimo postre, que había decorado como si fuera todo un profesional. ¡Qué envidia! A mí no me hubiera salido así de bonito.


Aquí os dejo la receta:


INGREDIENTES


220 gramos de harina

1 huevo

2 yemas

1 naranja

1 sobre de levadura química

100 gramos de aceite de girasol o mantequilla

1 yogur natural

250 gramos de azúcar

1 pizca de sal


Para adornar:

Chocolate de cobertura rebajado con nata

Nata montada


PREPARACIÓN


En primer lugar, se mezcla el azúcar con el huevo y las dos yemas y se bate muy bien. Luego se le añade el aceite o mantequilla derretida y se sigue batiendo para integrar todo. A continuación, el yogur y la naranja, con la piel incluida, bien lavada y cortada en trocitos o rallada. Por último, se añade a toda esta mezcla la harina, junto con la levadura y la pizca de sal.

Se mete al horno, precalentado a 180ºC, durante aproximadamente media hora.

Una vez que esté desmoldado y frío, se adorna con el chocolate derretido y con la nata montada, al gusto.

Un postre fácil, rico…y que llena un montón!


OBSERVACIONES PARA PRINCIPANTES COMO YO


Bueno, esta vez la receta no la he probado yo, pero sólo os diré que el cocinero me aconsejó que la naranja fuera preferiblemente de zumo y con la piel fina, para que tuviera más sabor, así que ya sabéis.


Mirad qué feliz mi amigo Pablo saboreando su pastel. Cómo no, esta receta va dedicada a él, que sigue a menudo este blog.






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martes, 12 de enero de 2010

Bea prueba una nueva versión

Quizá algunos recordéis una de mis primeras recetas, la del pastel de zanahoria de Sara. Es uno de mis bizcochos favoritos, por ese sabor tan sorprendente, que para nada recuerda a la zanahoria, qué curioso.

Por eso, siempre que entro en un blog nuevo, busco a ver si tiene alguna receta de este pastel. Y con una me topé estas navidades, gracias al calendario de Adviento de Noema, cuando descubrí un nuevo un blog que me parece precioso, el de Mai, Hierbas y Especias.

Además de bonito, su autora es todo amabilidad y siempre tiene un hueco para solucionar tus dudas, lo cual yo agradezco en particular, porque, como buena cocinilla principiante, soy todo un mar de dudas.

Así que el otro día encontré la ocasión perfecta para hacerlo. Esta vez mis conejillos de indias fueron los compañeros del trabajo y aprovechando que había sido el cumpleaños de mi jefa Begoña, llevé este pastel para celebrarlo. Parece que gustó, porque voló en un momento (eso sí, eran ya las ocho de la tarde y todavía nos quedaba mucho por hacer, así que había hambre y creo que se habrían zampado cualquier cosilla que hubiera, yo la primera ¡je,je!)



Si queréis ver la receta original de Mai, pinchad aquí.


Y esta es la mía:


INGREDIENTES


200 gramos de harina

400 gramos de azúcar moreno

4 huevos

250 mililitros de aceite de girasol

400 gramos de zanahorias (sobre 4 zanahorias)

Un puñado de nueces, según gustos

1 cucharadita de levadura en polvo

1 cucharadita de canela en polvo

1/2 cucharadita de nuez moscada

1 pizca de sal


PREPARACIÓN


Batir los huevos con el azúcar moreno hasta que se integre todo muy bien.

Después, añadirle poco a poco el aceite, y seguir batiendo para que se mezcle bien.

En otro bol, mezclar la harina con la levadura, la sal, la canela y la nuez moscada. Todo esto se tamiza sobre la mezcla anterior y se integra, poco a poco, gracias a una espátula de silicona.

En la picadora, se echa la zanahoria para que quede así de picadita.

Se integra la zanahoria en la mezcla anterior y, por último, se añaden las nueces, cortadas más o menos grandes, según los gustos.


Con el horno precalentado a 170ºC, se vierte la mezcla obtenida en un molde para bizcochos y se cuece durante una hora. Estará listo, como siempre, cuando al pinchar el bizcocho con un palillo, este salga limpio.

Mai recomienda:

“El punto de este pastel es dejarlo bien húmedo y para ello, una vez desenmoldado y enfriado, hay que envolverlo en papel de aluminio y se deja reposar un día entero antes de consumir”.


OBSERVACIONES PARA PRINCIPIANTES COMO YO

La verdad es que este pastel de zanahoria es mucho más sencillo de hacer que el que tenía publicado, pero de sabor está igual de rico. La máxima diferencia es el aceite, que hace que este pastel esté mucho menos seco y sea más jugoso. Pero todo va en gustos.

Aquí os dejo algunos consejos:


El azúcar que se utiliza en estos pasteles es el moreno, por eso queda ese color oscuro tan bonito. Pero si no tenéis a mano este tipo de azúcar, no pasa nada, yo también lo he hecho a veces con el blanco de toda la vida y queda igual de rico.


Sobre el aceite, en la receta original pone que hay que utilizar el de semillas, pero yo ni siquiera lo conocía, así que, tras consultarlo con Mai (gracias por tu paciencia de nuevo) utilicé el de girasol. Lo malo (o lo bueno) es que sólo tenía en ese momento 250 mililitros y no puse más. Menos mal, porque, para mi gusto, con esta cantidad es más que suficiente para que el pastel quede húmedo y jugoso. En la receta original pone 350 mililitros, pero Mai también avisa que con un poco menos también queda bien. Para mí, viendo los resultados con 250, creo que más lo haría demasiado aceitoso.


En el tema de las zanahorias, por lo visto también se pueden añadir al pastel troceadas en vez de picadas, pero yo siempre he optado por lo segundo, porque así ni siquiera se ven y encima la gente que lo prueba se queda “mosca” preguntando dónde está la zanahoria, porque ni siquiera sabe a ella Es más, el sabor de la canela, siendo sólo una cucharadita, se nota mucho más que el de la hortaliza.


Muy, muy recomendable esta receta, os va a sorprender, os lo aseguro. Mis compis de curro (que también puede ser por peloteo) quedaron encantados y alguno se animó y me pidió hasta la receta.





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