sábado, 4 de abril de 2009

Bea comienza con las delicatessen

Y es que este es un bizcocho delicatessen de verdad, como el blog de donde lo he sacado, i-recetas, una auténtica maravilla. Me dejó prendada desde el primer momento, esas fotos de artistazo profesional, esa belleza sencilla del blog, esos pensamientos intercalados entre plato y plato…y esas recetas imposibles de hacer por alguien como yo, la verdad, una auténtica novata que no se atrevía con nada de este gran maestro. Hasta que un día, de casualidad, me topé con este PAN DE PLÁTANO y me dije, “qué narices, hay que intentarlo, esta receta parece sencilla”. Y lo fue. No sólo sencilla, sino deliciosa, un auténtico hallazgo, con un suave sabor a plátano y sorpresas de nueces y chocolate en un bizcocho contundente, con peso, pero muy jugoso. Quizá lo llamen “pan” porque, os daréis cuenta cuando lo hagáis, que seguro que os animáis, de que pesa más que otros bizcochos, no es para nada “ligero”, ni físicamente ni después de comerte un buen trozo. Así que, no os dejéis llevar por los ojos, una rebanada es suficiente para disfrutar de este manjar, que gana mucho si se conserva en el frigorífico. Ah! Y el olorcillo que deja en la cocina….hummmmm!!!!

Si queréis ver la receta original de Lars Von Trier, pinchad aquí.

Y esta es la mía:


INGREDIENTES
280 gramos de harina de trigo
¼ cucharadita de sal
1 y ½ cucharadita de bicarbonato
85 gramos de mantequilla a temperatura ambiente
270 gramos de azúcar
2 huevos
3 plátanos grandes maduros (pero no muy pasados). Deben pesar unos 350 gramos.
1 chorrito de esencia de vainilla
½ cucharadita de canela en polvo
1 brick pequeño de nata líquida
60 gramos de nueces troceadas
30 gramos de chocolate troceado (negro o con leche, al gusto de cada uno)


PREPARACIÓN
Primero, tamizamos la harina. Es muy sencillo, sólo hay que pasar la harina por un colador, ayudándonos si queremos con una cucharita, que es más fácil, y dejarla caer en un cuenco. Eso hace que quede más finita y sin grumos. A la harina tamizada se le añade la sal y el bicarbonato, se mezcla todo un poco y se reserva.

En un bol (mejor hondo para que quepa todo bien y no salpique demasiado) se echa la mantequilla, que tiene que estar blandita. Si se os ha olvidado sacarla antes, se mete unos segundos en el microondas y asunto arreglado. A la mantequilla se le echa poco a poco el azúcar y se va mezclando con unas varillas eléctricas. Hacedlo a la velocidad mínima, porque si no, se os va a poner la cocina perdida (como me ha pasado a mí alguna vez… y no veáis lo difícil que es quitar los pegotes de azúcar y mantequilla de los azulejos una vez secos!).


Cuando se haya integrado bien, se le añaden los dos huevos y se vuelve a mezclar.

Ahora toca echar los plátanos, que deberán primero hacerse puré, por ejemplo, partiéndolos en trocitos y machacándolos con el mortero de madera de toda la vida.



Una vez integrado el puré de plátano, se echa un chorrito de esencia de vainilla, la canela y la nata líquida.

Ahora es el turno de la harina, tamizada previamente. Cambiamos de instrumento y cogemos una espátula de plástico (son muy útiles) o una cuchara de madera para integrar a mano la mezcla obtenida con la harina.
Luego se añaden las nueces y el chocolate y se mezcla para que se reparta bien.

En un molde alargado, tipo cake, engrasado para que no se pegue luego el bizcocho, se vierte la mezcla y se mete al horno, durante una hora, a 165ºC.


Si se pincha y sale limpio, es que el pan de plátano ya está hecho. Se saca y se deja enfriar antes de meterlo en el frigorífico, que sabrá más rico.

OBSERVACIONES PARA PRINCIPIANTES COMO YO
Repito la necesidad de tener un bol bastante profundo (yo el mío lo compré en una tienda de “Todo a cien” y me da mucho servicio) para que los ingredientes quepan de sobra y usar las varillas eléctricas a la mínima velocidad, hacen el mismo servicio y os evitaréis tener que limpiar azulejos llenos de mantequilla con azúcar después. También se puede hacer con unas varillas a mano, porque no es mucho trabajo. Yo lo he hecho de las dos maneras (a mano y a máquina) y el resultado es el mismo.

La esencia de vainilla no es primordial. Si no tenéis, no pasa nada, el bizcocho queda igual de delicioso, os lo aseguro. Pero cuando le vayáis cogiendo gusto a la cocina, comenzaréis a comprar estos ingredientes en los que antes ni siquiera os fijabais cuando ibais al supermercado, os lo digo por experiencia.

Pasa lo mismo con el chocolate. Yo lo compré en pepitas, pero otras veces he cogido tabletas normales y las he troceado. Es más trabajoso, porque hay que hacer trocitos muy pequeños y yo el chocolate lo parto muy mal, pero el resultado es el mismo. Además, los trozos “caseros” son más grandes, así que para los chocoadictos, mejor que mejor, porque os encontraréis cachitos más grandes en el bollo y eso siempre se agradece. Si no os gusta el chocolate o las nueces, se puede prescindir de ellos, pero la mezcla de sabores entre plátano, chocolate y nueces es muy, muy recomendable.

Para engrasar el molde, se echa un poquito de aceite, se reparte con un pincel, por ejemplo, y luego se espolvorea encima un poco de harina. Eso os evitará mucho trabajo y algún que otro disgusto a la hora de desmoldar el pan de plátano. Cuando esté frío, con un cuchillo fino se pasa alrededor, entre el molde y el bizcocho, y se le da la vuelta para que caiga suavemente. Poned la mano debajo, porque ya os he dicho que pesa un poco.

Una hora de cocción parece mucho, pero es lo que tarda, aunque también depende del tamaño de vuestro molde y su profundidad. Lo mejor es que, por ejemplo, lo pongáis la primera vez 45 minutos y luego pinchéis para comprobar si está cuajado por dentro. Si no, pues un cuarto de hora más o lo que necesite. No os fiéis porque lo veáis tostadito por encima, eso no significa que esté hecho totalmente por dentro. A mí la primera vez me pasó y estaba crudo por dentro todavía.

Intentad llenar el molde ¾ partes solo, para que no se desparrame luego en el horno. Yo usé un molde de 26 centímetros y creo que lo llené demasiado, aunque al final hubo suerte y no se “desbordó”. Además, si el molde es más grande, el bizcocho será menos profundo y quizá necesite menos minutos de cocción.

Para pinchar el bizcocho para comprobar que está hecho yo utilizo brochetas de madera, que son más largas que un palillo y más finas que un cuchillo, así no dejan tanta marca en el bizcocho.Este bizcocho gana mucho en sabor si lo coméis al día siguiente y lo tenéis guardado en el frigorífico. Así se disfrutará más de este bizcocho contundente, muy compacto, pero delicioso.

Y otra receta dedicada, esta vez por partida doble, a las amiguitas Arantxa y Rosa ¡¡¡¡¡A disfrutar de esos 32 añazos!!!!

domingo, 29 de marzo de 2009

Bea la antojadiza

Pues sí, fue ver esta receta y decirme ansiosamente: “Tengo que hacerla ya”. Me pasa a menudo, no sé si será grave. El caso, que la descubrí el jueves por la noche en el blog La casita verde y el viernes por la mañana ya estaba comprando las fresas. Es que no podía ser tan sencilla, tenía que comprobarlo por mí misma. Así que, he hecho mi primer CRUMBLE DE FRESAS, que seguro que repetiré más de una vez esta primavera.
La fresa es una fruta que me encanta, casi diría yo de mis favoritas, y el blog de Alegna es de matrícula de honor, en serio, ya estáis tardando en echarle un vistazo. Tiene unos platos para quitarse el sombrero, pero yo haría especial hincapié en las tartas, de auténtico artista. Hace unas maravillas, pequeñas obras de arte que no sé cómo no le da pena comerlas después, jeje! Además, puedes aprender, aparte de cocinar maravillas, un poco de portugués, por lo menos vocabulario culinario, pues ella es portuguesa y escribe el blog en los dos idiomas.
Esta vez, he “tuneado” un poco la receta porque en mi casa gustan las fresas, pero a algunos no su textura, así que por eso decidí hacerlas puré. Pero tengo ganas de repetir con la receta original, aunque será para comerla fuera de casa, claro, o para darme un atracón yo sola. Además, he reducido los ingredientes, para que saliera menos cantidad.

Si queréis ver la receta original de Alegna, pinchad aquí.

Y esta es la mía:


INGREDIENTES
100 gramos de harina
50 gramos de mantequilla
40 gramos de azúcar
250 gramos de fresas
2 cucharadas de azúcar
2 cucharadas de azúcar vainillada
1 pizca de canela

PREPARACIÓN
Lavar las fresas, quitarle los rabitos y cortarlas en trozos para batirlas todas juntas, hasta que quede una especie de puré espeso.
A ese puré se le añaden dos cucharadas de azúcar, dos más de azúcar vainillada y una pizca de canela.
Se remueve todo bien y se vierte en la fuente donde se va a presentar.

En un bol, se echa la harina, la mantequilla y los 40 gramos de azúcar y, con los dedos, se trabaja hasta que quede una especie de pasta arenosa y se hayan integrado bien los tres ingredientes.
Esa masa se esparce sobre el puré de fresa y se mete al horno, que estará precalentado a 200ºC.
Tiene que estar en el horno alrededor de un cuarto de hora o cuando se vea que la parte de arriba se está dorando.

OBSERVACIONES PARA PRINCIPIANTES COMO YO
La verdad es que en esta receta no hay mucho que decir, no tiene gran misterio. Lo único, que no os preocupéis por la integración de la harina, el azúcar y la mantequilla, se trabaja muy bien, en un minutito está todo mezclado, la verdad es que creí que iba a ser más complicado. Yo, con las ansias de hacer la receta, no había sacado la mantequilla antes y estaba un poco dura, así que la metí unos segundos en el microondas para que estuviera más blandita (que no líquida) para trabajar mejor con ella.A mí me quedó una capa muy fina, pero tenía un sabor intensísimo a fresa, era como una tartita de galleta y mermelada de fresa, un sabor diferente pero, si os gustan las fresas, no dudéis en hacerla, es otra manera de tomar esta fruta de temporada.

Esta receta va dedicada a mi amiga Crispis....¡¡¡¡Muchas felicidades!!!!

miércoles, 25 de marzo de 2009

Bea y la receta sorprendente

Sorprendente de verdad, sí, os lo prometo, porque este PASTEL DE ZANAHORIA es todo un descubrimiento. Y, como viene siendo habitual aquí, fácil de hacer y con resultado rico, rico. Pero, por si acaso, esta vez os hago un “paso a paso”, aunque no tiene mucha complicación, para que comprobéis con vuestros propios ojos lo sencillo que es y para que los rezagados se animen un poco más a meter mano en la cocina.
Esta receta es de un blog maravilloso,
Las recetas de Sara, que lo hace una mujer que es todo una maestra en la cocina. Además, muy, muy amable, pues contesta rápidamente a las dudas que tienes al experimentar con sus recetas. ¡Muchas gracias, Sara! No dejéis de visitar su blog, tiene cositas para todos los gustos y paladares.

Si queréis ver la receta original de Sara, pinchad aquí.

Y esta es la mía:

INGREDIENTES
150 gramos de harina para repostería
200 gramos de azúcar moreno
1 cucharadita de canela molida
4 zanahorias (unos 250 gramos) bien picadas
50 gramos de nueces picadas
4 yemas de huevo
2 claras de huevo
1 cucharadita de levadura Royal


PREPARACIÓN
Primero, hay que montar a punto de nieve las claras. Si tenéis varillas eléctricas mucho mejor, eso que os ahorráis en energía (y en agujetas en los brazos después).

Cuando ya estén blanquitas, se le añade el azúcar y se bate de nuevo con las varillas, a velocidad mínima para no poner la cocina perdida.Después, de una en una, se añaden las cuatro yemas y se sigue batiendo para que se mezcle todo bien.
Se añade la cucharadita de canela y se vuelve a mezclar.Ahora es el turno de la harina. Mejor si se mezcla primero con la cucharadita de levadura Royal y luego, poco a poco, se va añadiendo a la mezcla, tamizándola gracias a un colador de toda la vida. Así cae más fina y se evitan grumos.
Después, se mezcla todo bien (con una espátula se hace más fácil), hasta que la harina se integre con el resto de la mezcla.
Queda una masa bastante compacta y parece que se trabaja mal, pero no os preocupéis, porque al añadir la zanahoria rallada, gana en jugosidad y queda más suelta y cremosa.
Para picar las zanahorias, nada mejor que, después de pelarlas (paso que no se debe olvidar, ¡je,je!) se corten en rodajitas y se metan en la picadora. En unos segundos, quedan picaditas sin esfuerzo.
Por último, se añaden las nueces y también se mezcla un poco para que se repartan por la masa.

Ahora toca ponerlo en el molde elegido para el horno. Yo, como ya sabéis, lo forro con papel vegetal especial para horno para que luego se pueda desmoldar mejor y sea más fácil de limpiar el molde, claro.El horno debe estar precalentado a 180ºC. Suelo encenderlo cuando estoy echando la harina en la mezcla, así está un rato encendido antes de utilizarlo.

Hay que dejarlo en el horno alrededor de 40 minutos y desmoldarlo cuando ya esté frío, para que resulte más sencillo.

OBSERVACIONES PARA PRINCIPIANTES COMO YO

Lo primero de todo: que el que sea un pastel de ZANAHORIA no os eche para atrás, por favor. Conozco a gente a la que no le gusta la zanahoria y se chupa los dedos con este pastel, de verdad. Tiene un sabor muy especial, dulce sin resultar empalagoso en absoluto y con un toquecito a canela muy especial, así que, no hay excusas para no animarse a hacerlo. Y, confiad en mí, ¡no sabe a zanahoria!

La harina de repostería se encuentra fácilmente en Mercadona, por ejemplo, pero, si no tenéis, se puede hacer igual con harina de trigo de toda la vida, sin problema.

Lo mismo pasa con el azúcar moreno. Si no tenéis en casa, hacedlo con el clásico azúcar blanco. Yo las primeras veces lo hacía así y sabía estupendamente. Eso sí, el azúcar moreno le da un saborcillo especial (y un color más oscuro). Vamos, que se nota la diferencia, pero están igual de ricas las dos variedades.

Si os gustan los bizcochos más compactos, echad un cucharadita rasa de levadura Royal. Así queda más contundente y menos alto. Pero si preferís los bizcochos más esponjosos, entonces sed generosos con la cucharadita de levadura. También de las dos maneras está bueno, haced la prueba.

Como habréis comprobado, con esta receta os van a sobrar dos claras de huevo. No las tiréis, se pueden congelar y resultan útiles para otras recetas que necesitan claras. Yo las guardo en unos tuppers pequeñitos y las congelo para futuros experimentos culinarios.


Por ejemplo, las podéis usar para las MADALENAS DE MANDARINA


Si os gustan las uvas pasas, este pastel las admite muy bien, además de las nueces. Probé estas navidades en Berlín un trozo de pastel de zanahoria que tenía ambos ingredientes y me gustó la mezcla. En casa lo he hecho alguna vez con las uvas pasas y el resultado es genial.


Si habéis mirado la receta original de Sara, habréis visto que ella le echa por encima un glaseado que es muy fácil de hacer. Yo habitualmente no se lo suelo hacer por pura pereza, pero, para ocasiones especiales, no dudéis en hacerlo, porque queda “muy profesional” y le da un toque diferente. Además, la mezcla del glaseado con el pastel es todo un acierto.

lunes, 23 de marzo de 2009

Bea la destructora

Ay, ay, ay…si es que no puede ser, que una se piensa que controla ya esto del blog y de repente…ups!, desaparece una receta por andar trasteando donde no se debe. Así que, en resumen, aquí os vuelvo a dejar el BIZCOCHO DE VINO TINTO Y CHOCOLATE del maravilloso blog Mis deseos más dulces.

Si queréis ver la receta original de Vanesa, pinchad aquí.

Y esta es la mía:

INGREDIENTES
250 gramos de harina de trigo normal

200 gramos de margarina (yo pongo mantequilla)
200 gramos de azúcar
100 gramos de chocolate para hacer a la taza
4 huevos
1 vaso de vino tinto
2 cucharaditas de cacao en polvo
2 cucharaditas de canela en polvo
1 cucharadita de azúcar vainillado (no es obligatorio, sale rico igual sin ella)
1 sobre de levadura Royal

PREPARACIÓN
Lo primero de todo es deshacer los 100 gramos de chocolate. Hay dos opciones: rallarlo, que es un poco rollo y se tarda, o meterlo en el microondas un ratito, con cuidado para que no se queme. Yo siempre opto por lo segundo, es más rápido. Reservar el chocolate.
En un bol se mezcla la harina con la levadura y también se reserva.
En otro bol se echan los huevos, la mantequilla, que también la habremos metido un ratito en el microondas para que esté blandita, el vaso de vino tinto, el azúcar, el cacao, la canela y el azúcar vainillada. Esa mezcla extraña se bate hasta que quede todo bien integrado. No os preocupéis por el color y el olor, fiaros de mí, queda muy rico después.
Cuando ya esté batido todo, se le añade la mezcla de harina y levadura y se vuelve a batir.
Precalentar el horno a 180º.
En un molde (yo suelo usar uno redondo de unos 26 centímetros) se echa la mezcla y se mete en el horno durante más o menos 30 minutos. Para saber si está hecho del todo, pinchad en varias partes del bizcocho y si el palillo sale limpio, es que ya está listo. ¡Ya veréis qué bien os huele la cocina, con esa mezcla de chocolate y canela! De sabor a vino, ni rastro.

OBSERVACIONES PARA PRINCIPIANTES COMO YO
Yo suelo poner a precalentar el horno cuando me quedan más o menos cinco minutos para terminar de mezclar los ingredientes, porque si no, me parece que queda mucho tiempo encendido y no está el tema como para malgastar energía, jeje!


Para que el bizcocho no se pegue al molde, antes de verter la mezcla, se puede engrasar con aceite, o con mantequilla y un poco de harina. Yo prefiero cubrir el molde con un papel de horno y echar la mezcla encima del papel. Luego sale muy bien y el molde apenas de mancha. Para que no se mueva, sí que le echo un poco de aceite en la base del molde, para que se adhiera el papel mejor.

Si os gusta mucho el sabor a canela, atreveos a echarle a la mezcla más de dos cucharaditas.Un toque que le hace quedar más rico todavía si cabe es añadir a la mezcla nueces picadas. A mí siempre me gusta encontrarme con trocitos de nueces en los bizcochos.



viernes, 20 de marzo de 2009

Bea y su primera receta propia

Bueno, más o menos. Quiero decir que no la he sacado de ningún blog de cocina, pero no me la he inventado yo, ni mucho menos, se la debo a mi amiga Annika. Es muy, muy sencilla de hacer, bastante rápida y gusta a todo el mundo esta QUICHE DE BACON Y QUESO.
Ahí va mi receta:

INGREDIENTES
3 huevos
1 brick pequeño de nata líquida para cocinar
Masa quebrada
5 lonchas de bacon
½ cebolla muy picada
250 gramos de jamón york o pavo
200 gramos de queso Gouda suave
Sal

PREPARACIÓN

Picar muy fina la cebolla y, junto al bacon hecho tiras, freírlo en una sartén y reservar.
Batir en un bol los huevos junto con la nata y una pizca de sal.
Añadir a esta mezcla el queso Gouda cortado en pequeños daditos y el jamón de york (o pavo), también cortado en trocitos.
Echar a la mezcla la cebolla y el bacon fritos y remover para que se integren todos los ingredientes.
Forrar el molde en el que se va a hacer la quiche con la masa quebrada, bien estirada, para echar después sobre ella la mezcla.
Meter al horno durante 20 minutos a 200ºC. Estará hecha cuando la masa quebrada esté doradita y la mezcla haya cuajado.

OBSERVACIONES PARA PRINCIPIANTES COMO YO
La masa quebrada, si es congelada, hay que sacarla como mucho dos horas antes de empezar. Si no, os será muy difícil desdoblarla (si viene plegada). Aunque, si esto ocurre, tranquilos, se extiende sobre la encimera con un poquito de harina para que no se pegue y se estira con el rodillo hasta que esté del tamaño idóneo para el molde donde se va a hacer.
Se puede prescindir de la cebolla si no gusta mucho el sabor, queda igual de rica. Un truco para que la cebolla quede bien picada es meterla en la picadora, si no tenéis la maña de Arguiñano con el cuchillo (como es mi caso).
El bacon se puede hacer más cómodamente en el microondas, se mancha menos y es más rápido. Sólo hay que tapar bien el bol donde se pongan los taquitos para que no salte mucho. Con la cebolla pasa lo mismo, un chorrito de aceite y al microondas unos minutos (depende del aparato).
Se puede sustituir el queso Gouda por otro similar, también suave y cremoso como queso en lonchas o quesitos.
Las medidas del bacon, el queso, la cebolla y el jamón de york son orientativas, todo depende del molde que vayáis a utilizar y de si os gusta con más o menos cantidad de ingredientes. Por ejemplo, a mí me encanta encontrar mucho bacon y a veces le echo más a la mezcla.
Si os sobra quiche, no os preocupéis. Partirla en porciones y congelarla. Así ya tenéis resuelta alguna cena. Sólo hay que sacarla del congelador y calentar. Está igual de rica que recién hecha.