Si la ternura fuera bizcocho, sería este, sin duda. ¡Qué sorpresa cuando lo probé! Casi se deshace en la boca, suave, esponjoso y muy, muy tierno. Hoy toca BIZCOCHO DE MASCARPONE Y MANZANA.
Aunque no os lo creáis, es el primer bollo de manzana que hago, y eso que es uno de los clásicos de la cocina, ¿verdad? La manzana no es que sea mi fruta favorita, me parece un poco “aburrida”, pero tengo que reconocer que me encanta en platos de carne, en postres y en ensaladas, así que no debe de ser tan “rollo”, ¡je, je!
El caso es que me encontré con esta receta casi por casualidad. Tenía desde hacía tiempo un bote de queso mascarpone en la nevera, esperando para ser usado, en teoría, para hacer mi primer tiramisú, pero como el tiempo pasaba sin encontrar ocasión para este postre, quise darle otra salida. Y me encontré con este bizcocho en uno de mis blogs favoritos, del que ya os he hablado, Bocados dulces y salados, de Rosa. Ahora está de vacaciones hasta septiembre, bien merecidas, pero nos ha dejado muchas recetas veraniegas para ir practicando.
Os recuerdo que tengo otro bizcocho hecho con queso mascarpone ya publicado, el bizcocho de mascarpone y crema catalana. Como tenía esa receta de referencia, ya intuía yo que el mascarpone iba a quedar bien en el bizcocho, aunque hice algunos cambios con respecto a la receta original, mínimos, eso sí. Además, salió mucho más rico de lo que pensaba, así que desde ¡ya! pasa a formar parte de mis recetas de cabecera, para repetir más veces.
Si queréis ver la receta original de Rosa, pinchad aquí.
Y esta es la mía:
INGREDIENTES
4 huevos
2 manzanas verdes
1 cucharadita de levadura en polvo
Sal
PREPARACIÓN
Separar las yemas de las claras y montar a punto de nieve estas últimas con una pizca de sal. Reservar.
Las yemas se baten con el azúcar hasta que quede todo bien integrado. Después, se le añade a esta mezcla el queso mascarpone y se sigue mezclando.
Pelar las manzanas y cortarlas en láminas finas para añadir a la mezcla.
Precalentar el horno a
Para finalizar, con la ayuda de una espátula de silicona, se le va añadiendo la harina, tamizada, y la levadura. Mezclar todo bien para que queden los ingredientes bien integrados. Tiene que quedar una masa fina y muy clarita, por el queso mascarpone.
Se vierte la mezcla en un molde para bizcocho, previamente engrasado para que se pueda desmoldar después mejor o con un papel de horno cubriendo el molde, como se prefiera.
Deberá estar en el horno alrededor de media hora hasta que se haga.
Para comprobar que se ha cocido, pinchar con un palillo la masa y si este sale limpio, es que ya se ha hecho bien por dentro.
OBSERVACIONES PARA PRINCIPIANTES COMO YO
Lo cierto es que no tiene mucho misterio este bizcocho, así que a cualquiera le puede salir perfecto. Ahí van los consejos acostumbrados para cuando se hace un bizcocho:
Es conveniente engrasar el molde o ponerle un papel de horno al molde para que después se pueda desprender mejor, una vez hecho. Hay que esperar a que esté frío para desmoldarlo mejor.
Para mezclar la harina con el resto de ingredientes, la espátula de silicona es lo más cómodo. Y acordarlos de tamizar la harina (es decir, dejar que caiga a través de un colador a la masa) para evitar grumos que luego es un engorro deshacer.
Yo he ido integrando los ingredientes poco a poco, cerciorándome primero que cada uno de los anteriores estaba bien integrado antes de echar el siguiente, para que todo quede bien mezclado.
Las manzanas las he echado cortadas en láminas finitas, para que apenas se notaran al morder, pero que le dan todo el sabor y la suavidad al bizcocho. Pero, si os gusta más encontraron con trozos de fruta en el bollo, pues cortarlas en dados o trozos más grandes. Seguro que también está delicioso.
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