domingo, 29 de marzo de 2009

Bea la antojadiza

Pues sí, fue ver esta receta y decirme ansiosamente: “Tengo que hacerla ya”. Me pasa a menudo, no sé si será grave. El caso, que la descubrí el jueves por la noche en el blog La casita verde y el viernes por la mañana ya estaba comprando las fresas. Es que no podía ser tan sencilla, tenía que comprobarlo por mí misma. Así que, he hecho mi primer CRUMBLE DE FRESAS, que seguro que repetiré más de una vez esta primavera.
La fresa es una fruta que me encanta, casi diría yo de mis favoritas, y el blog de Alegna es de matrícula de honor, en serio, ya estáis tardando en echarle un vistazo. Tiene unos platos para quitarse el sombrero, pero yo haría especial hincapié en las tartas, de auténtico artista. Hace unas maravillas, pequeñas obras de arte que no sé cómo no le da pena comerlas después, jeje! Además, puedes aprender, aparte de cocinar maravillas, un poco de portugués, por lo menos vocabulario culinario, pues ella es portuguesa y escribe el blog en los dos idiomas.
Esta vez, he “tuneado” un poco la receta porque en mi casa gustan las fresas, pero a algunos no su textura, así que por eso decidí hacerlas puré. Pero tengo ganas de repetir con la receta original, aunque será para comerla fuera de casa, claro, o para darme un atracón yo sola. Además, he reducido los ingredientes, para que saliera menos cantidad.

Si queréis ver la receta original de Alegna, pinchad aquí.

Y esta es la mía:


INGREDIENTES
100 gramos de harina
50 gramos de mantequilla
40 gramos de azúcar
250 gramos de fresas
2 cucharadas de azúcar
2 cucharadas de azúcar vainillada
1 pizca de canela

PREPARACIÓN
Lavar las fresas, quitarle los rabitos y cortarlas en trozos para batirlas todas juntas, hasta que quede una especie de puré espeso.
A ese puré se le añaden dos cucharadas de azúcar, dos más de azúcar vainillada y una pizca de canela.
Se remueve todo bien y se vierte en la fuente donde se va a presentar.

En un bol, se echa la harina, la mantequilla y los 40 gramos de azúcar y, con los dedos, se trabaja hasta que quede una especie de pasta arenosa y se hayan integrado bien los tres ingredientes.
Esa masa se esparce sobre el puré de fresa y se mete al horno, que estará precalentado a 200ºC.
Tiene que estar en el horno alrededor de un cuarto de hora o cuando se vea que la parte de arriba se está dorando.

OBSERVACIONES PARA PRINCIPIANTES COMO YO
La verdad es que en esta receta no hay mucho que decir, no tiene gran misterio. Lo único, que no os preocupéis por la integración de la harina, el azúcar y la mantequilla, se trabaja muy bien, en un minutito está todo mezclado, la verdad es que creí que iba a ser más complicado. Yo, con las ansias de hacer la receta, no había sacado la mantequilla antes y estaba un poco dura, así que la metí unos segundos en el microondas para que estuviera más blandita (que no líquida) para trabajar mejor con ella.A mí me quedó una capa muy fina, pero tenía un sabor intensísimo a fresa, era como una tartita de galleta y mermelada de fresa, un sabor diferente pero, si os gustan las fresas, no dudéis en hacerla, es otra manera de tomar esta fruta de temporada.

Esta receta va dedicada a mi amiga Crispis....¡¡¡¡Muchas felicidades!!!!

miércoles, 25 de marzo de 2009

Bea y la receta sorprendente

Sorprendente de verdad, sí, os lo prometo, porque este PASTEL DE ZANAHORIA es todo un descubrimiento. Y, como viene siendo habitual aquí, fácil de hacer y con resultado rico, rico. Pero, por si acaso, esta vez os hago un “paso a paso”, aunque no tiene mucha complicación, para que comprobéis con vuestros propios ojos lo sencillo que es y para que los rezagados se animen un poco más a meter mano en la cocina.
Esta receta es de un blog maravilloso,
Las recetas de Sara, que lo hace una mujer que es todo una maestra en la cocina. Además, muy, muy amable, pues contesta rápidamente a las dudas que tienes al experimentar con sus recetas. ¡Muchas gracias, Sara! No dejéis de visitar su blog, tiene cositas para todos los gustos y paladares.

Si queréis ver la receta original de Sara, pinchad aquí.

Y esta es la mía:

INGREDIENTES
150 gramos de harina para repostería
200 gramos de azúcar moreno
1 cucharadita de canela molida
4 zanahorias (unos 250 gramos) bien picadas
50 gramos de nueces picadas
4 yemas de huevo
2 claras de huevo
1 cucharadita de levadura Royal


PREPARACIÓN
Primero, hay que montar a punto de nieve las claras. Si tenéis varillas eléctricas mucho mejor, eso que os ahorráis en energía (y en agujetas en los brazos después).

Cuando ya estén blanquitas, se le añade el azúcar y se bate de nuevo con las varillas, a velocidad mínima para no poner la cocina perdida.Después, de una en una, se añaden las cuatro yemas y se sigue batiendo para que se mezcle todo bien.
Se añade la cucharadita de canela y se vuelve a mezclar.Ahora es el turno de la harina. Mejor si se mezcla primero con la cucharadita de levadura Royal y luego, poco a poco, se va añadiendo a la mezcla, tamizándola gracias a un colador de toda la vida. Así cae más fina y se evitan grumos.
Después, se mezcla todo bien (con una espátula se hace más fácil), hasta que la harina se integre con el resto de la mezcla.
Queda una masa bastante compacta y parece que se trabaja mal, pero no os preocupéis, porque al añadir la zanahoria rallada, gana en jugosidad y queda más suelta y cremosa.
Para picar las zanahorias, nada mejor que, después de pelarlas (paso que no se debe olvidar, ¡je,je!) se corten en rodajitas y se metan en la picadora. En unos segundos, quedan picaditas sin esfuerzo.
Por último, se añaden las nueces y también se mezcla un poco para que se repartan por la masa.

Ahora toca ponerlo en el molde elegido para el horno. Yo, como ya sabéis, lo forro con papel vegetal especial para horno para que luego se pueda desmoldar mejor y sea más fácil de limpiar el molde, claro.El horno debe estar precalentado a 180ºC. Suelo encenderlo cuando estoy echando la harina en la mezcla, así está un rato encendido antes de utilizarlo.

Hay que dejarlo en el horno alrededor de 40 minutos y desmoldarlo cuando ya esté frío, para que resulte más sencillo.

OBSERVACIONES PARA PRINCIPIANTES COMO YO

Lo primero de todo: que el que sea un pastel de ZANAHORIA no os eche para atrás, por favor. Conozco a gente a la que no le gusta la zanahoria y se chupa los dedos con este pastel, de verdad. Tiene un sabor muy especial, dulce sin resultar empalagoso en absoluto y con un toquecito a canela muy especial, así que, no hay excusas para no animarse a hacerlo. Y, confiad en mí, ¡no sabe a zanahoria!

La harina de repostería se encuentra fácilmente en Mercadona, por ejemplo, pero, si no tenéis, se puede hacer igual con harina de trigo de toda la vida, sin problema.

Lo mismo pasa con el azúcar moreno. Si no tenéis en casa, hacedlo con el clásico azúcar blanco. Yo las primeras veces lo hacía así y sabía estupendamente. Eso sí, el azúcar moreno le da un saborcillo especial (y un color más oscuro). Vamos, que se nota la diferencia, pero están igual de ricas las dos variedades.

Si os gustan los bizcochos más compactos, echad un cucharadita rasa de levadura Royal. Así queda más contundente y menos alto. Pero si preferís los bizcochos más esponjosos, entonces sed generosos con la cucharadita de levadura. También de las dos maneras está bueno, haced la prueba.

Como habréis comprobado, con esta receta os van a sobrar dos claras de huevo. No las tiréis, se pueden congelar y resultan útiles para otras recetas que necesitan claras. Yo las guardo en unos tuppers pequeñitos y las congelo para futuros experimentos culinarios.


Por ejemplo, las podéis usar para las MADALENAS DE MANDARINA


Si os gustan las uvas pasas, este pastel las admite muy bien, además de las nueces. Probé estas navidades en Berlín un trozo de pastel de zanahoria que tenía ambos ingredientes y me gustó la mezcla. En casa lo he hecho alguna vez con las uvas pasas y el resultado es genial.


Si habéis mirado la receta original de Sara, habréis visto que ella le echa por encima un glaseado que es muy fácil de hacer. Yo habitualmente no se lo suelo hacer por pura pereza, pero, para ocasiones especiales, no dudéis en hacerlo, porque queda “muy profesional” y le da un toque diferente. Además, la mezcla del glaseado con el pastel es todo un acierto.

lunes, 23 de marzo de 2009

Bea la destructora

Ay, ay, ay…si es que no puede ser, que una se piensa que controla ya esto del blog y de repente…ups!, desaparece una receta por andar trasteando donde no se debe. Así que, en resumen, aquí os vuelvo a dejar el BIZCOCHO DE VINO TINTO Y CHOCOLATE del maravilloso blog Mis deseos más dulces.

Si queréis ver la receta original de Vanesa, pinchad aquí.

Y esta es la mía:

INGREDIENTES
250 gramos de harina de trigo normal

200 gramos de margarina (yo pongo mantequilla)
200 gramos de azúcar
100 gramos de chocolate para hacer a la taza
4 huevos
1 vaso de vino tinto
2 cucharaditas de cacao en polvo
2 cucharaditas de canela en polvo
1 cucharadita de azúcar vainillado (no es obligatorio, sale rico igual sin ella)
1 sobre de levadura Royal

PREPARACIÓN
Lo primero de todo es deshacer los 100 gramos de chocolate. Hay dos opciones: rallarlo, que es un poco rollo y se tarda, o meterlo en el microondas un ratito, con cuidado para que no se queme. Yo siempre opto por lo segundo, es más rápido. Reservar el chocolate.
En un bol se mezcla la harina con la levadura y también se reserva.
En otro bol se echan los huevos, la mantequilla, que también la habremos metido un ratito en el microondas para que esté blandita, el vaso de vino tinto, el azúcar, el cacao, la canela y el azúcar vainillada. Esa mezcla extraña se bate hasta que quede todo bien integrado. No os preocupéis por el color y el olor, fiaros de mí, queda muy rico después.
Cuando ya esté batido todo, se le añade la mezcla de harina y levadura y se vuelve a batir.
Precalentar el horno a 180º.
En un molde (yo suelo usar uno redondo de unos 26 centímetros) se echa la mezcla y se mete en el horno durante más o menos 30 minutos. Para saber si está hecho del todo, pinchad en varias partes del bizcocho y si el palillo sale limpio, es que ya está listo. ¡Ya veréis qué bien os huele la cocina, con esa mezcla de chocolate y canela! De sabor a vino, ni rastro.

OBSERVACIONES PARA PRINCIPIANTES COMO YO
Yo suelo poner a precalentar el horno cuando me quedan más o menos cinco minutos para terminar de mezclar los ingredientes, porque si no, me parece que queda mucho tiempo encendido y no está el tema como para malgastar energía, jeje!


Para que el bizcocho no se pegue al molde, antes de verter la mezcla, se puede engrasar con aceite, o con mantequilla y un poco de harina. Yo prefiero cubrir el molde con un papel de horno y echar la mezcla encima del papel. Luego sale muy bien y el molde apenas de mancha. Para que no se mueva, sí que le echo un poco de aceite en la base del molde, para que se adhiera el papel mejor.

Si os gusta mucho el sabor a canela, atreveos a echarle a la mezcla más de dos cucharaditas.Un toque que le hace quedar más rico todavía si cabe es añadir a la mezcla nueces picadas. A mí siempre me gusta encontrarme con trocitos de nueces en los bizcochos.



viernes, 20 de marzo de 2009

Bea y su primera receta propia

Bueno, más o menos. Quiero decir que no la he sacado de ningún blog de cocina, pero no me la he inventado yo, ni mucho menos, se la debo a mi amiga Annika. Es muy, muy sencilla de hacer, bastante rápida y gusta a todo el mundo esta QUICHE DE BACON Y QUESO.
Ahí va mi receta:

INGREDIENTES
3 huevos
1 brick pequeño de nata líquida para cocinar
Masa quebrada
5 lonchas de bacon
½ cebolla muy picada
250 gramos de jamón york o pavo
200 gramos de queso Gouda suave
Sal

PREPARACIÓN

Picar muy fina la cebolla y, junto al bacon hecho tiras, freírlo en una sartén y reservar.
Batir en un bol los huevos junto con la nata y una pizca de sal.
Añadir a esta mezcla el queso Gouda cortado en pequeños daditos y el jamón de york (o pavo), también cortado en trocitos.
Echar a la mezcla la cebolla y el bacon fritos y remover para que se integren todos los ingredientes.
Forrar el molde en el que se va a hacer la quiche con la masa quebrada, bien estirada, para echar después sobre ella la mezcla.
Meter al horno durante 20 minutos a 200ºC. Estará hecha cuando la masa quebrada esté doradita y la mezcla haya cuajado.

OBSERVACIONES PARA PRINCIPIANTES COMO YO
La masa quebrada, si es congelada, hay que sacarla como mucho dos horas antes de empezar. Si no, os será muy difícil desdoblarla (si viene plegada). Aunque, si esto ocurre, tranquilos, se extiende sobre la encimera con un poquito de harina para que no se pegue y se estira con el rodillo hasta que esté del tamaño idóneo para el molde donde se va a hacer.
Se puede prescindir de la cebolla si no gusta mucho el sabor, queda igual de rica. Un truco para que la cebolla quede bien picada es meterla en la picadora, si no tenéis la maña de Arguiñano con el cuchillo (como es mi caso).
El bacon se puede hacer más cómodamente en el microondas, se mancha menos y es más rápido. Sólo hay que tapar bien el bol donde se pongan los taquitos para que no salte mucho. Con la cebolla pasa lo mismo, un chorrito de aceite y al microondas unos minutos (depende del aparato).
Se puede sustituir el queso Gouda por otro similar, también suave y cremoso como queso en lonchas o quesitos.
Las medidas del bacon, el queso, la cebolla y el jamón de york son orientativas, todo depende del molde que vayáis a utilizar y de si os gusta con más o menos cantidad de ingredientes. Por ejemplo, a mí me encanta encontrar mucho bacon y a veces le echo más a la mezcla.
Si os sobra quiche, no os preocupéis. Partirla en porciones y congelarla. Así ya tenéis resuelta alguna cena. Sólo hay que sacarla del congelador y calentar. Está igual de rica que recién hecha.












martes, 17 de marzo de 2009

Bea y su visita a Ávila

Está claro. Ávila es mucho más que sus murallas, impresionantes por sí solas. Hace unos días estuve allí y pude comprobar, acompañada por el buen tiempo, la calidez de sus gentes, el encanto de sus calles, la historia de sus monumentos y…los deliciosos dulces artesanos.
Para muestra, estas fotos de las muchísimas pastelerías que te puedes encontrar recorriendo la ciudad.





Por supuesto, no me pude resistir. Había que comprar para comprobar que estaba tan rico como aparentaba. Primero, busqué la pastelería CHUCHI.
Pertenece a uno de los mejores pasteleros de la ciudad y es famosa, entre otras cosas, por sus pastas de té, para todos los gustos, desde rellenas de las tradicionales yemas de Santa Teresa hasta recubiertas de chocolate o dulce de fresa. Está junto a las murallas, en la céntrica calle de San Segundo, 24.
Y muy cerquita de ahí, en PORTA COELI (Calle San Segundo 26), compré las típicas tejas de almendra que encuentras en cualquier sitio, pero con un añadido especial, el caramelo, lo que le da un toque a toffe que las hace diferentes y especiales. Imposible comerse sólo una.
Así que, para los que todavía no estáis animados, aquí tenéis un empujoncito para hacer turismo por Ávila, que merece la pena. De verdad.


lunes, 16 de marzo de 2009

Bea y su primera receta

¡Qué difícil es decidirse por la primera receta para empezar este blog! Al final, después de mucho pensar, me he decantado por las MADALENAS DE MANDARINA, que son del blog de mi tocaya Bea, de la que oiréis hablar mucho por aquí y que seguro más de una conoce. La primera, dedicada a ella, que fue uno de los primeros blogs que descubrí. Además, hay una historia curiosa entre nosotras porque, sin conocernos de nada, resulta que tenemos muchas cosas en común. Para empezar, nos llamamos María Beatriz (¡toma ya!), cosa que no nos gusta mucho, aunque a nuestras madres sí, y nacimos el mismo día (aunque de distinto año, porque si no, ya me empezaría yo a asustar…).
Si queréis ver la receta original de Bea, pinchad
aquí.
Y aquí va la mía:

INGREDIENTES
1 mandarina (o dos si sin pequeñas)

2 huevos enteros y 2 claras

200 gramos de azúcar

200 gramos de aceite de girasol

220 gramos harina de repostería

1 pellizco de sal1 sobre de levadura Royal

PREPARACIÓN

Primero lavo con un poco de jabón y agua la/s mandarina/s para que estén bien limpias y las seco. Después, en el vaso de la batidora, echo la cáscara. Si es muy fina, estupendo, pero si no, le quito lo que pueda de lo blanco (que no sé cómo se llama). También echo los gajos, mirándolos uno a uno por si hay pepitas y hay que quitarlas, el azúcar, los dos huevos y las dos claras. Todo eso lo bato hasta que quede más o menos bien triturado.
Ahora se añade el aceite de girasol y se vuelve a batir para mezclarlo todo bien.
Por último, se añade la harina, el sobre de levadura y una pizca de sal y otra vez a batir.
Cuando esté todo bien mezcladito, se guarda en la nevera media hora, para que repose un poco la masa.
Precaliento el horno a 250º mientras preparo las madalenas. En una bandeja de horno se ponen los papelillos de las madalenas y se llenan ¾ partes, que si no luego se desparraman y quedan muy feas. No se os olvide espolvorearlas con azúcar por encima hasta de ponerlas en el horno, que quedan luego más ricas. Se meten unos diez minutos y se pincha alguna para ver si se han hecho bien por dentro.
Esperar a que se enfríen antes de probarlas, que si no sientan mal, jeje!

OBSERVACIONES PARA PRINCIPIANTES COMO YO
Con esta cantidad de ingredientes salen unas 20 madalenas si las hacéis en moldes normales. Yo a veces hago la receta con la mitad de ingredientes, por si no queréis tantas.
Yo suelo tener en el congelador claras de huevo, congeladas de dos en dos en tuppers pequeños, que vienen muy bien para esta receta y que me han sobrado de otras, así no se desperdicia nada.
Tengo un problema con las madalenas, no me suben mucho. He leído varios trucos como que es mejor mezclar previamente la harina con la levadura, o que suben más si las haces en moldes de silicona. He probado de todo y no hay tu tía. Sólo un día me salieron más altas de lo normal y lo único diferente que hice fue dejar la masa en el frigo durante un día entero. ¿Casualidad? Ya me contaréis.
En la receta original de Bea pone que hay que dejarlas en el horno 15 minutos, pero yo lo hice así la primera vez y se me quemaron un poco (dependerá de la potencia del horno también, digo yo) así que prefiero dejarlas 10 minutos y si no están hechas, dos minutillos más. Además, me gustan que queden blanquitas, eso va en preferencias, claro.

Bea la atrevida

Vale, sí, me he atrevido por fin. Acabo de crear mi blog de cocina. Me ha costado decidirme pero ya no hay marcha atrás. Ahora sólo espero saber cómo funciona y dejarlo lo más digno posible. Mil disculpas de antemano. Por eso y porque, ya os aviso, en este blog no habrá muchas recetas espectaculares y mucho menos originales. Más bien lo he creado para poner en práctica las maravillosas recetas de mis blogs de cocina favoritos (que son una larga lista) y así, agradecer públicamente a todas esas magníficas cocineras el que compartan sus secretos con los principiantes y animar a las que, como yo, tienen una pequeña cocinera en su interior pero todavía no lo saben. Que a veces sólo hace falta un empujoncito para descubrirlo y, os lo aseguro, algunas cosas son más sencillas de hacer de lo que parece, así que... ¡todo el mundo a ponerse el mandil y a entrar en la cocina!