Tendría que haber puesto esta receta hace muuuuuucho tiempo, porque es una de mis favoritas y de las que más repito a lo largo del año, pero una va descubriendo cosas y deja los clásicos a un lado, ¡ja,ja!.
Llegó el momento, aquí os presento
Eso sí, yo la he tuneado un poquito, porque le hago una base de galleta, que nos gusta mucho en casa.
Si queréis ver al receta original de Carmelilla, pinchad aquí.
Y esta es la mía:
INGREDIENTES
1 tarrina de queso de untar o 10 quesitos
3 huevos
1 yogur natural o de limón
La medida del tarro del yogur de azúcar
La medida del tarro del yogur de harina
La medida del tarro del yogur de leche
1 bote pequeño de nata líquida
Para la base de galletas:
Galletas tipo “María”
Mantequilla
PREPARACIÓN
Lo primero, la base de galletas. Hay que moler bien las galletas y añadirle mantequilla derretida hasta conseguir una pasta. Esta se extiende sobre el molde que se haya elegido para hacer la tarta, cubriendo todo el fondo y los bordes.
Ahora es el turno de la tarta. Nada más fácil. Antes de nada, precalentar el horno a
Esa masa se echa sobre la base de galletas, con cuidado, para que no se levanten y se mezclen con la masa.
Meter al horno durante media hora.
Comprobar si está hecha pinchando con un palillo y comprobando que este sale limpio. Dejar enfriar y….¡lista para comer!
OBSERVACIONES PARA PRINCIPIANTES COMO YO
Quizá lo más complicado, por decir algo, es preparar la base de galletas. No he dado cantidades de galletas y mantequilla porque eso depende de lo grande que sea el molde que se elija. Lo que podéis hacer es ir moliendo las galletas de poco en poco, añadir la mantequilla y extender en el molde. Si se necesita más, pues se muelen otras tantas galletas y se derrite un poco más de mantequilla. Así hasta que consigáis cubrir el molde. Además, eso va en gustos. Por ejemplo, a nosotros nos encanta que la base sea gordita, para que quede más crujiente, por eso yo le echo muchas galletas.
Eso sí, para moler las galletas lo mejor es usar el accesorio de la picadora de la batidora o algún aparato similar que tengáis. Ese truco me lo enseñó mi amiga Judit, que es una cocinera de verdad, y me vino fenomenal, porque yo antes me ponía a moler las galletas en el mortero y era un rollo, además de más trabajoso.
El hacer la crema no tiene ningún misterio, como os habréis dado cuenta. Sólo os digo que tengáis cuidado al verterla sobre la base de galletas, porque si la echáis con mucha fuerza, puede que la base se levante de ese lado. Pero es pura estética, estará rica igual.
Eso sí, si podéis, os aconsejo que hagáis esta tarta de un día para otro. Está mucho más rica si reposa un día entero en la nevera, lo tengo comprobado.
ATENCIÓN!!! La última vez que hice esta receta, para una comida familiar el pasado fin de semana, no tenía queso de untar ni quesitos, pero sí un tarro de queso mascarpone. Probé a ver qué tal y os aseguro que quedó súper rica, mucho más suave y dulce. El toque ácido del queso de untar o los quesitos queda muy bien como contraste, y está muy bueno, pero el resultado con el mascarpone me sorprendió gratamente. Probad a ver cuál os gusta más, yo creo que, para mí, gana el mascarpone.
Por último, también va en gustos, deciros que la tarta la podéis adornar con mermelada de fresa o mora o frutos rojos. También queda bien la de melocotón, y si es casera, ya sabéis, mucho mejor. A mí me encanta acompañar esta tarta con mermelada, pero otros prefieren comerla sin nada más. A vuestra elección lo dejo.