Whole kitchen en su Propuesta Dulce para el mes de julio nos invita a preparar todo un clásico de la repostería norteamericana, la clásica New York Cheesecake.
Por fin se me presentó la obligación de hacer el auténtico pastel de queso americano y el resultado ha sido más que satisfactorio. Las tartas de queso me encantan y esta receta pasa a ser una de mis favoritas.
Últimamente (lo habréis notado por lo que tardo en poner una nueva receta) los días me dan para poco, así que no me enrollo mucho y voy directamente a la receta, que no quise variar (sólo la cantidad de ingredientes para que no me saliera enorme) para ver cómo sabía la genuina. ¿Lo mejor? el topping de arriba. Si es que soy de golosa…
INGREDIENTES
Para la base:
Para el relleno:
Tres tarrinas de queso de untar (
3 huevos
50 mililitros de nata
Unas gotas de limón
1 cucharadita de extracto de vainilla
Para el topping:
150 mililitros de nata
Unas gotas de limón
½ cucharadita de extracto de vainilla
PREPARACIÓN
Lo primero, la base:
Para ello, trituramos las galletas hasta conseguir casi la textura de harina. A eso le añadimos el azúcar y la mantequilla derretida y mezclamos bien (con las manos es lo mejor) para conseguir una pasta que extenderemos en toda la base del molde que vayamos a utilizar para hacer la tarta.
Lo segundo, el relleno:
En un bol, se vierte el queso, el azúcar y la harina. Se bate bien hasta obtener una crema, a la que añadimos los huevos, uno a uno, volviendo a batir para que se integre bien cada uno. Por último, se echa la nata, el limón y la vainilla. Otra vez a batir hasta que todos los ingredientes queden bien integrados y se conseguir una masa cremosa.
Se vierte la masa sobre la base de galletas, con cuidado, para que no se levante la galleta.
Hornear durante aproximadamente 40 minutos a
Lo tercero y último, el topping:
En un bol se mezcla la nata con el limón, el azúcar y la vainilla y se mezcla todo bien.
Se extiende, con la ayuda de una espátula, sobre la tarta, todavía caliente, y se vuelve a meter en el horno, para que se haga durante un cuarto de hora.
Una vez pasado ese tiempo, se saca y se pasa un cuchillo por todo el borde de la tarta, para que luego se pueda desmoldar mejor. Se vuelve a meter en el horno, ya apagado y allí se deja enfriar.
Una vez fría, se conserva en el frigorífico hasta que se vaya a comer.
OBSERVACIONES PARA PRINCIPIANTES COMO YO
La verdad es que poco tiene que ver este reto del Círculo Dulce con el del mes anterior. Y yo se lo agradezco, porque si hubiera sido algo tan laborioso como la tarta de Saint Honoré no sé de dónde habría sacado el tiempo.
Pocas observaciones hay que hacer sobre la preparación de esta tarta, porque es bien sencilla. Lo único aconsejar que se haga de un día para otro, porque está mucho más rica y que disfrutéis de cada bocado, porque está de vicio.
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