Whole kitchen en su Propuesta Dulce para el mes de junio nos invita a preparar todo un clásico de la repostería francesa, el Pastel Saint Honoré.
Voy a ser sincera, en cuanto vi el primer reto de Whole kitchen me dije, “pero Bea, hija, ¿cómo te metes en estos “fregaos”? esto tú no lo consigues ni de coña. ¿Pasta choux, crema casera, montaje de tarta…..? Si no lo has hecho en tu vida!!!”. Pero lo cierto es que una vez que me puse, la cosa no salió tan mal y, aunque la tarta no fue espectacular de aspecto, le encantó a todo el mundo que la probó. Tanto, que tuve que volver a repetirla días después para el fin de semana.
Además, yo disfruté un montón. Me encantó usar mi manga pastelera para mil cosas distintas (nunca le había dado tanto uso como con este postre), comprobar que la pasta choux no es tan complicada como creía, que la crema pastelera sale riquísima y que fui capaz de superar el reto.
Eso sí, para ser justos, no hice la receta original que proponían desde Whole kitchen, sino que la adapté a mis posibilidades culinarias, buscando alternativas (vi la luz con el blog de Las recetas de mamá….mil gracias!), mirando vídeos, analizando recetas….vamos, que “estudié” un montón antes de ponerme manos a la obra.
Y, hablando de eso, dejémonos de cháchara y vamos al lío. Esta es mi receta (alternativa) del pastel Saint Honoré:
INGREDIENTES
Una lámina de hojaldre
Pasta choux:
125 mililitros de agua
125 mililitros de leche
1 cucharadita de azúcar
1 pizca de sal
4 huevos
Crema pastelera:
500 mililitros de leche
1 rama de canela
1 trozo de piel de limón
4 yemas de huevo
1 pizca de sal
Nata:
Un bote grande de nata (500 mililitros)
PREPARACIÓN
Antes de nada, sacamos la lámina de hojaldre del congelador, para poder usarla después.
Lo primero de todo es preparar la pasta choux. Para ello, en un cazo se echa el agua, la leche, la mantequilla, la sal y el azúcar y se cuece a fuego medio, dándole vueltas para que se integren todos los ingredientes. Cuando comience a hervir, se retira del fuego y se echa de un golpe toda la harina. Se remueve para que se integre bien y se vuelve a poner al fuego hasta que se consiga una masa homogénea. Se vuelve a retirar de la placa y, ahora, de uno en uno y ligeramente batidos, se van añadiendo los cuatro huevos, removiendo tras cada uno de ellos para que se integren bien con la pasta. Una vez conseguida, se pone en la manga pastelera y se deja reposar.
Mientras tanto, se puede ir preparando la crema pastelera. Para ello, se echa toda la leche, menos un poco que se deja en un vaso, en un cazo, junto con las yemas de huevo, el azúcar, la cáscara de limón y la canela. Cuando empiece a hervir, se añade el vaso de leche que habíamos reservado, en el que se disuelve
Para preparar la nata, sólo hay que montarla, bien fría para que se consiga mejor, con el azúcar.
Una vez que están todos los ingredientes preparados, volvemos ahora con la pasta choux. Alrededor de la placa de hojaldre se hace un borde de pasta choux con la manga pastelera y se pincha con el tenedor toda la placa, para que no se levante durante la cocción.Esa será la base de nuestro pastel, que se mete durante 20 minutos en el horno, a
Para preparar los buñuelos, se coge la boquilla rizada de la manga pastelera y se hacen pequeños montoncitos sobre la bandeja del horno, cubierta con papel vegetal, del tamaño que queráis. Se harán en el horno, a
Una vez que estén fríos, se rellenan con la manga pastelera, pero esta vez con la boquilla más fina que tengáis. Yo los rellené de las dos cremas: la pastelera y la nata, para que hubiera variedad. Es muy fácil de rellenar, sólo hay que pinchar con la boquilla fina la base del buñuelo e introducir la crema.
Ahora es el momento de montar la tarta como más os guste. Yo lo hice así:
Para que los buñuelos quedaran pegados a la base de la tarta, la unté de caramelo.
OBSERVACIONES PARA PRINCIPIANTES COMO YO
Lo primero que tengo que decir es que lo mejor es tener todo a mano, organizarse bien y tener preparados todos los ingredientes. Aunque parezca laboriosa de hacer, no es tan complicada, de verdad. Y el resultado merece la pena.
Eso sí, siento no haber podido hacer más fotos del proceso, pero es que estaba tan concentrada en que me saliera todo más o menos decente que no podía estar mucho a las fotos también, perdonad.
El pastel original es redondo, pero yo, para simplificar aún más las cosas, lo hice rectangular, como era la base de hojaldre.
Lo que sí que tenéis que hacer es ver todas la maravillas de pastel de Saint Honoré (del que, por cierto, no había oído hablar hasta que se me presentó el reto) que hay por Internet y del resto de los apuntados al círculo, que seguro que son una maravilla. Y mirar la receta original que proponían desde Whole kitchen, con su relleno de crema original. Yo opté por la nata porque me encanta y por la crema pastelera, porque, ya metidos en harina, fue un reto personal el conseguir hacer la mía propia por primera vez.
Y, por último, animaros a todos a probar a hacerla. No es tan complicada como parece, de verdad, y los resultados son fantásticos.
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