Whole kitchen en su Propuesta Dulce para el mes de Noviembre nos invita a preparar todo un Pastel Invertido.
Y yo me dije cuando leí la receta: ¡ah, bueno, un bizcocho con piña, qué fácil! Ya, ya….no una, sino dos, DOS! veces he tenido que hacer este reto para que quedara más o menos decente. Esta vez casi me pilla el toro, pero aquí estoy, cumpliendo con los plazos.
Esta es la receta:
INGREDIENTES
Para la cubierta
60 gramos de mantequilla
80 gramos de azúcar blanca
80 gramos de azúcar morena
550 gramos de piña en almíbar, bien escurrida.
195 gramos de harina de repostería
2 cucharaditas de levadura en polvo
1/4 cucharadita. de sal
120 gramos de mantequilla
200 gramos de azúcar
1 cucharadita de extracto de vainilla
2 huevos
120 mililitros de leche
PREPARACIÓN
Para un molde de unos 23 centímetros. Horno a 180ºC.
Colocamos los dos tipos de azúcar y la mantequilla en una cacerola pequeña y lo cocinamos a fuego medio durante hasta que todo se haya disuelto y adquiera una textura homogénea. Seguidamente lo dejamos cocer un poco más hasta que veamos que el azúcar empieza a caramelizar, unos minutos.
Seguidamente retiramos del fuego y lo vertimos sobre el molde que vayamos a utilizar, el cual previamente habremos engrasado, colocamos encima los trozos de piña y las cerezas en el centro, o cualquier otra fruta que vayamos a utilizar, y reservamos.
En el bol de nuestra batidora eléctrica batimos la mantequilla y el azúcar hasta que nos quede esponjosa y suave, una vez obtenida esta consistencia añadimos el extracto de vainilla y seguimos batiendo, continuamos añadiendo las yemas de los huevos de una en una, batiendo bien después de cada adicción.
Mezclamos la harina, la levadura y la sal y la añadimos a la masa anterior, en tres veces, alternándola con la leche y batimos hasta incorporar todos los ingredientes.
En otro bol, batimos nuestras claras hasta montarlas y obtener una textura de pico firme.
Incorporamos las claras montadas a la masa, lo haremos en dos veces, y con la ayuda de una espátula la vamos integrando pero con cuidado de no batirlo en exceso.
Vertimos nuestra masa sobre el molde, alisamos la parte superior y la horneamos durante 50 minutos aproximadamente, o hasta que pinchemos nuestro pastel y veamos que nuestro palito sale limpio.
Una vez tengamos nuestro pastel horneado, lo sacamos del horno y lo dejamos enfriar dentro del molde, unos 10 minutos. Seguidamente lo desmoldamos y lo dejamos enfriar por completo.
OBSERVACIONES PARA PRINCIPIANTES COMO YO
Ante todo…¡mucha paciencia! Sobre todo a la hora de desmoldar, u os quedará algo parecido a esto:
Tengo comprobado que la gelatina y el caramelo no son mi fuerte, por eso siempre evito recetas que lleven alguno de estos dos ingredientes (tengo malas experiencias que no quiero ni recordar). Así que, viendo cómo estaban transcurriendo los acontecimientos, opté por la vía fácil para lograr el reto (lo siente, hice un poco de trampa, lo confieso) y os lo cuento para los principiantes como yo. Dos recomendaciones básicas para que este pastel sea una realidad en vuestra cocina: 1.- Usar caramelo comprado (sí, lo sé, una aberración para muchos, pero una opción al fin y al cabo). Así os evitaréis que se pegue a las paredes como si le fuera la vida en ello y además que se lleve consigo medio bizcocho.
2.- Utilizar un molde desmontable, para poder, al darle la vuelta, intentar mejor que os quede el postre entero.
Nada más, voy a pasarme a ver vuestras delicias para morirme de envidia de lo bonito que os ha quedado al resto. ¡Ánimo con el resto de semana!